Las contrataciones de Zaza y Orellana obligan al dueño a invertir más dinero si quiere subir el nivel la próxima campaña
El Valencia está en una delicada posición económicamente hablando. Las dos campañas sin entrar en Europa (salvo milagro) ha hecho mella en las cuentas de las oficinas del club de Mestalla. Esta temporada se ha visto como Peter Lim ha tenido que vender a Skhodran Mustafi y Paco Alcácer para que cuadraran las cuentas. En vez de mejorar, el año que viene se presenta peor.
El ejecutivo de Peter Lim tiene comprometidos para la próxima temporada 120 millones solo con el coste de la plantilla. A ello hay que sumar la estructura social e institucional que suma otros 30 millones. Además, las condiciones del crédito con Bankia cambian y el Valencia tendrá que pagar más a la entidad bancaria. Al apartado de ingresos, el grueso (70%) lo aporta el contrato televisivo con Mediapro junto con la recaudación en la campaña de abonos, que el año pasado se cifró en aproximadamente 90 millones de euros. La parcela de Mestalla sigue sin venderse y el club todavía no tiene un patrocinador oficial en la camiseta del primer equipo.
Con este panorama se acudió al mercado de fichajes invernal. Y lejos de mesurarse en los fichajes, presumiblemente, tendrá que abonar 16 millones a la Juventus por Simone Zaza si juega 10 partidos y/o se permanece en la élite y otros 3 «kilos» por Fabián Orellana. Además, hay que contar con las cesiones con opciones de compra opcionales de Munir (12), Mangala (20) y Suárez (6) por si la nueva dirección deportiva valora quedarse con alguno de esos jugadores de cara a la próxima campaña.