El ambiente en el Campo del Río distó bastante del vivido en el festivo ascenso del año pasado: domingo de comuniones, el equipo cadete disputando en Valladolid el Campeonato de España, final de Copa por la tele… faltó color en la grada. No fue tampoco equiparable la explosión de alegría al final; hoy, la sensación en las filas abejorras más bien fue de alivio
Redacción | NOSTRESPORT.COM
El ambiente en el Campo del Río distó bastante del vivido en el festivo ascenso del año pasado: domingo de comuniones, el equipo cadete disputando en Valladolid el Campeonato de España, final de Copa por la tele… faltó color en la grada. No fue tampoco equiparable la explosión de alegría al final; hoy, la sensación en las filas abejorras más bien fue de alivio. Porque los del Pantera tenían mucho que perder, mucho más que un rival que buscaba el último boleto para premio gordo. Pero no lo perdieron los abejorros, ni corrieron grave riesgo de ello. De esa manera les llegó una serena satisfacción, la del objetivo cumplido: superar con éxito la dura temporada de debut en la máxima categoría.
No fue un partido brillante, sino hosco, disputado. A carra de perro, en la línea de lo visto en la ida, aunque con menor anotación. Partido de defensas y pelea, mucha pelea. Los del Puerto (animados por sus juveniles, que habían perdido minutos antes con el CAU) lo pusieron todo para contrarrestar a la delantera local. Ganaron algunas melés y anduvieron finos en la touche. Los valencianos no querían otra sangría de penalidades y se contuvieron en la pelea de los rucks: ni una sola oportunidad tuvo el pateador visitante Vázquez de chutar a palos.
Como sucedió en el Puerto, tardó en moverse el marcador. Dominio local, pero sin alharacas. Iñaki Sevillano, que había fallado un primer intento con el pie en el 12′, recogió los frutos de una gran jugada del capitán Manolo Nadal para poner el 5-0 en el minuto 25. Antes del descanso, el mismo Sevillano elevaría al tanteador un 8-0 que acabaría por ser el resultado final. No hubo puntos en la segunda mitad.
Lo que hicieron Les Abelles en esa segunda parte fue mantener la pelota lejos de su línea de marca, para ahuyentar fantasmas. El medio de melé Sebastián Montiel intentaba escurrirse con picardía y fuerza entre los defensores gaditanos, mientras Santi Sanmartí quiso descongestionar el juego, con respuesta desigual de sus tres cuartos. Una de las mejores jugadas de continuidad de Les Abelles (min.47), iniciada en un golpe franco en medio campo y llevada hasta una melé a 5 metros, no cristalizaba en puntos. David Montolíu y Marcos Poggi perseguían el oval, achuchando a la zaga del Portuense, pero los locales no sentenciaban la eliminatoria. Principalmente a causa de la aguerrida y pegajosa defensa andaluza, que se empleó hasta el límite, tanto para tapar tanto los pasillos de velocidad, como para frenar las acometidas de la delantera abejorra. Sobre los gordos, como siempre, hizo el Pantera recaer el peso del partido. El incansable trabajo del Vicho Viñuela desde el cierre de la melé abejorra ganaba metros para su equipo, a costa de recibir los impactos rivales, y sin poder resultar decisivo. Montórfano, Parra, Lizondo y Conejero machacaron la barrera del Portuense, en un desgaste de fuerzas que mediada la segunda parte empezaba a hacer mella en ambos equipos. Los dos entrenadores amarraron las sustituciones, lo fiaron todo a los quinces iniciales, de manera que no se vieron cambios significativos en el ritmo del partido.
¿Estaban Les Abelles jugando con fuego? Lo cierto es que el Portu no les ponía en demasiados aprietos. Hacía mucho tiempo que no se asomaban por la 22 local cuando, rondando el minuto 65 tuvieron los de verde-amarillo su mejor ocasión de anotar. Placaje salvador de Viñuela, el Portuense que no saca partido del arreón y ocasión por al aire. Sería la última vez que los visitantes pisarían terreno valenciano, con lo que se alejaban de sus opciones de ascenso, máxime cuando el apertura Caballero veía una tarjeta amarilla a continuación. El buen juego de los Vázquez, Martín, De la Cueva, Gandullo o el uruguayo Cadenas, apenas iba a servirles para alejar la presión abejorra unos metros de su propio in-goal. Dominio que el cuadro local no podía traspasar al marcador por falta de lucidez. Ni siquiera cuando, en la última oportunidad de Les Abelles, Damián Montórfano daba un pase adelantado a un Lucas Poggi al que apenas le quedaban por recorrer por la banda unos metros en solitario. Entraban los veteranos Cachón y Zurdo para cerrar el partido, y despedir la temporada. Sin sufrir demasiado, pero tampoco sin mucha holgura. Con pocas florituras y la recompensa final en el bolsillo, eso sí. Con un gran bufido final.
Les Abelles preparará esta semana su defensa del título oficioso de Campeón de España Junior, ganado en Madrid el año pasado. Pero el pensamiento ya está puesto en cómo asentar, con tan pocos recursos económicos, el proyecto del club en División de Honor. Pasado el bautismo de fuego, el reto del Pantera es hacer crecer a su equipo para que el año que viene se vea en el Río mejor juego y menos sufrimiento. El trabajo es ahora prepararse para suplir las carencias, ésas que esta temporada impidieron a Les Abelles lograr el objetivo con menos agobios y mucho antes de como al final fue, tal y como mereció el trabajo del equipo durante todo el año. Enhorabuena
