La Plaza de Toros de Valencia acogió este viernes el concierto del artista de Poblenou, perteneciente a la extensa gira que le llevará por toda la geografía española , tras su concierto en Albacete.
Hacía seis años que no actuaba en Valencia ,recordemos la cancelación que hubo de este mismo concierto en 2018, a causa de las lluvias.
Horas antes del comienzo del concierto se notaba la expectación entre el público, que abarrotaba la plaza de toros, tras una larga espera, y haber pasado las limitaciones propias del COVID.
Empezó el concierto de modo inesperado para el público con el tema más potente: “Insurrección”, con el que se alcanzó el mayor nivel de sinergia con el espectador, y que el graderío coreó sin fallar una palabra. La energía alcanzada no disminuyó en las casi tres horas que duró el concierto.
La actuación siguió alternando temas de sus primeros discos en solitario , recordemos con tristeza como han pasado ya ventiún años de su primer disco en solitario, “Nunca el tiempo es perdido”, con algunos posteriores ,hasta su último trabajo, el doble disco “Mi Vida en Marte” y “Desatinos Desplumados”.
El concierto estuvo estructurado en partes más rockeras, con otras más influidas por el flamenco, que el público agradeció y ovacionó.
En todo momento el artista interaccionó con el público, estableciendo un auténtico diálogo y abogando por protestar contra el “establishment”, en lo que se refiere a causas como el cambio climático o la precariedad de los agricultores.
Cabe destacar a sus socios sobre el escenario, como Marta Semai, que coreografió los temas del artista, y contagió su energía a los asistentes.
El punto de máxima comunión con los asistentes , y como colofón final, fue cuando las 8.000 personas corearon , en su versión más lenta, el tema con el que se inició la velada, dirigidas por él mismo, y que concluyó con tremenda ovación y jolgorio general.
