Adrián Egea | NOSTRESPORT.COM
En la mente de los aficionados al fútbol estará presente hoy el recuerdo de la final de la pasada Eurocopa. El 29 de junio de 2008 España venció a Alemania con un solitario gol de Fernando Torres en el minuto 33. Aquel partido supuso la ruptura total de la selección española con sus miedos ante los torneos grandes. Prueba de ello fue el gran nivel de juego mostrado durante todo el campeonato en Austria y Suiza, algo que también se vio en la finalísima contra el cuadro germano. Por ello, Alemania quiere resarcirse hoy de esa dolorosa derrota.
Y es que la selección que dirige Joachim Low ha cambiado mucho desde entonces. De aquel equipo que jugó la Eurocopa de 2008 sólo han sobrevivido los defensas Lahm, Friedrich, Mertesacker y Jansen; los centrocampistas Schweinsteiger y Trochowski; y los delanteros Klose, Podolski y Mario Gómez.
Para el Mundial, Low ha decidido romper totalmente con el pasado y ha convocado a jugadores jóvenes a la selección como Muller, Marin, Aogo o Badstuber, entre otros. Ello se ha traducido en un juego más fresco para Alemania, que ahora goza de más velocidad en el manejo del balón, a lo que también se le añade calidad y el trabajo que aportan futbolistas como Khedira o el menudito Mesut Özil. Sin embargo, el lavado de cara de la selección germana no ha provocado la pérdida de su esencia, pues siempre se ha caracterizado por su carácter duro, fuerte y luchador, algo que también conservan los más jóvenes.
Esta noche se verá si Alemania consigue vengarse de la Roja o, por el contrario, sucumbe de nuevo ante la furia española.