El campeón del mundo de maratón Martín Fiz ha participado en un entrenamiento junto a cincuenta reclusos de la cárcel de Picassent que forman parte de un programa de atletismo del centro penitenciario. Los entrenamientos de estos internos forman parte de un programa de atletismo del centro penitenciario a través del que pueden recibir la suficiente ayuda como para abandonar su adicción a las drogas.
Redacción | NOSTRESPORT.COM
El campeón del mundo de maratón Martín Fiz ha participado en un entrenamiento junto a cincuenta reclusos de la cárcel de Picassent (Valencia) que forman parte de un programa de atletismo del centro penitenciario. Los entrenamientos de estos internos forman parte de un programa de atletismo del centro penitenciario a través del que pueden recibir la suficiente ayuda como para abandonar su adicción a las drogas.
Fomentar el espíritu de superación, así como el valor del esfuerzo y sacrificio son los objetivos principales de este programa al que los alumnos han dado el nombre de «Lluna nova» (luna nueva), dado el simbolismo que encierra para ellos este título porque comienzan una nueva forma de vida.
Tras compartir esta jornada con el medio centenar de reclusos que participan en el programa, Fiz ha dicho que los deportistas tienen que ser «el espejo de los embajadores de toda esta gente, hay que estar aquí para conocer en directo estas penurias».
A estos reclusos, que «nos tienen -a los deportistas- totalmente idolatrizados -ha aseguró Fiz-, correr les aporta aires de libertad».
Asimismo, el atleta ha expresado alguno de los deseos que le han transmitido los internos: «les gustaría salir para poder sentirse un poco más libres».
Alguno de ellos ya ha podido disfrutar de un permiso para salir al exterior y competir en alguna carrera.
Es el caso de Juan Carlos Benjumea, interno de la cárcel de Picassent e integrado en el programa de atletismo, que ha recordado cómo le costó acabar la primera carrera en la que participó y cómo superó el bache.
«Me daba fuerza porque sabía que salía de la cárcel y me daban la oportunidad de correr. Cuando me venía abajo, eso me daba fuerza», ha explicado Benjumea.
Otro de los integrantes del programa y recluso de este centro, Fernando Carrillo, ha explicado: «uno viene aquí a curarse las heridas de guerra de las drogas y la delincuencia, pero cuando uno ya se empieza a restablecer, las cosas mejoran y si uno se cuida físicamente, se siente mucho mejor».
Mientras, la socióloga y coordinadora de la comunidad terapéutica de la prisión, Gloria Remacha, ha señalado que resulta «estupendo verlos entrenar a diario, porque es costoso y fomentan el valor del esfuerzo de la constancia y del espíritu de sacrificio y superación».
Remacha ha destacado los resultados positivos que obtienen con este programa que, además, la mayoría continúa con Proyecto hombre cuando están ya fuera de la cárcel