El CD Castellón se encuentra en una situación crítica tras los partidos disputados en el día de ayer. El equipo se aleja a tres puntos de la permanencia con tan solo esta y dos jornadas más por disputarse.
Jornada importante en el día de hoy para el CD Castellón. El conjunto albinegro visita el histórico estadio de La Romareda en busca de tres puntos vitales para tratar de seguir en la lucha para mantener la categoría. La victoria en el día de ayer de Alcorcón y Logroñés separa ahora el escalón de los salvados y los descendidos precisamente por esos tres puntos. De no ganar hoy, el equipo de Juan Carlos Garrido se complicaría mucho el seguir un año más en la categoría de plata del fútbol español.
Enfrente tendrá a un rival como el Zaragoza, que de ganar hoy conseguiría certificar la permanencia. Por el contrario, la victoria castellonense hoy apretaría mucho la situación incluso para el mismo conjunto aragonés. Con dos derrotas consecutivas, el equipo no gana desde hace un mes, al Mallorca, recién ascendido a La Liga. En esa ocasión lo hizo como local, ya que como visitante al equipo de La Plana se le atragantan más los partidos, con tan solo dos victorias a domicilio en toda la temporada liguera.
La otra cara de la moneda es la solidez zaragocista en su casa, en La Romareda. Los de Juan Ignacio Martínez ‘JIM’ solo han obtenido la derrota en una ocasión en este 2021, siendo la siguiente derrota a fecha de finales de noviembre. 7 victorias, 3 empates y 1 derrota desde aquel partido el 25 de noviembre ante el Rayo, que han provocado que la tesitura del equipo maño se vea claramente mejorada y alejada de los puestos de descenso.
El equipo albinegro suma tres partidos consecutivos sin anotar gol, una dinámica muy negativa que deberá ser revertida en el día de hoy. Jamelli, máximo goleador del equipo con 7 goles y el veterano Marc Mateu, segundo máximo goleador con 4 tantos y 7 asistencias, son la principal arma ofensiva del conjunto castellonense, los dos hombres a los que se abonan los aficionados albinegros para lograr, a la épica, una permanencia que está más cara que nunca.