El capitán de la selección, Iker Casillas, fue uno de los héroes en la final al frenar dos acometidas de Arjen Robben. Además, San Iker ayer era un hombre feliz, satisfecho de todo el trabajo que ha llevado a la selección a ser campeona del mundo.
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Adrián Egea | NOSTRESPORT.COM
El capitán de la selección, Iker Casillas, fue uno de los héroes en la final al frenar dos acometidas de Arjen Robben. Además, San Iker ayer era un hombre feliz, satisfecho de todo el trabajo que ha llevado a la selección a ser campeona del mundo.
Fabio Cannavaro, capitán de la selección italiana que ganó el Mundial de 2006 en Alemania, habló con Casillas antes del encuentro y le aseguró que él iba a levantar la copa, tal y como hizo el italiano cuatro años antes. No pudo estar más acertado: “Una vez me dijo Cannavaro que uno no es campeón del mundo todos los días, y tenía razón. Es el momento más importante de nuestras vidas. Al levantar la Copa he pensado lo mismo que el día de la Eurocopa. Me he acordado de todos los que han peleado por ella, de mi familia, de mis hermanos, de mi gente. Se ha sufrido pero al final se ha conseguido”.
Casillas fue un hombre fundamental en la victoria ante Holanda. El portero de la selección detuvo dos mano a mano a Arjen Robben cuando media España se echaba las manos a la cabeza lamentando los posibles goles que, gracias al capitán, no llegaron a subir al marcador. Según una declaraciones en la web de la RFEF, Iker asegura que se le hizo “eterna” la primera llegada de Robben: “He aguantado, he tenido suerte, la he parado con el pie, y al final, contentos y alegres, en lo personal y lo colectivo”.
Finalmente, el capitán, eufórico, pudo levantar la Copa del Mundo con la fuerza de 46 millones de personas en sus brazos.
Fotos: www.rfef.es