La temporada del Valencia ha sido muy mala, pero si hay un puesto donde se ha visto la decadencia y la comparación con la trayectoria anterior ha sido más evidente, ha sido en la demarcación de central.
La marcha de Otamendi a la Premier descompuso el entramado defensivo y tuvo que hacer aparecer a Mustafi de manera más expuesta. El paraguas que garantizaba el argentino desapareció y el alemán tenía que haber dado un paso al frente, que a todas luces se ha visto como insuficiente. El jugador del Manchester City dotaba de empaque, oficio, veteranía y saber estar a todo el entramado defensivo valencianista. Los Santos, Abdennour y Vezo han naufragado de forma y manera pasmosa. El portugués fue el único que lo hizo un poco mejor cuando llegó a jugar de lateral derecho, pero en la zona central de la zaga el rendimiento de este trío de defensores ha sido insuficiente.
Abdennour ha tenido problemas con los delanteros más escurridizos durante toda la campaña, además de fallos de concentración. No se ha adaptado al modo de juego de la Liga ni a los rivales. Santos ha demostrado problemas en situaciones de campo abierto y demasiado aparatoso en sus actuaciones. Dos estilos que nada tenían que ver con Otamendi y su manera de jugar y posicionarse.
Está claro que el sistema defensivo comienza con la presión de los delanteros, la organización táctica de los centrocampistas y acaba en el guardameta, pero los defensas han contribuido negativamente al desastre. Las carencias y la inexperiencia de los dos fichajes para el centro de la defensa… simplemente clamoroso. Los errores y horrores en la retaguardia, sin comentarios. Los 48 goles en contra en la Liga, más tantos encajados que puntos finales (44), además de la goleada copera recibida y las malas actuaciones continentales forman un cóctel muy negativo.
