En la tarde del pasado sábado, en el campo de Rugby “Tio Luis” del Polideportivo de Denia, los Barbarians recibían al Alicante Rugby.
Fue una tarde llena de emoción y adrenalina, dando a lo ajustado del marcador durante todo el encuentro.
Desde el inicio del partido, ambos equipos mostraron su determinación y habilidad. Los primeros minutos fueron un constante ir y venir, con cada equipo mostrando destellos de brillantez tanto en ataque como en defensa.
Los dianenses muy motivados, salieron a por todas y en apenas 5 minutos lograban el primer ensayo tras una incursión del pack de delanteros que permitió que Santi Zubizarreta posara el oval tras la línea. Al ensayo no se le sumo la transformación (5-0).
El Alicante supo responder pronto ya que 5 minutos mas tarde, tras una intercepción de pase lograban anotar su primera marca, a la cual si que sumaron la transformación (5-7).
Los locales seguían dominando con el juego de delantera, pero no conseguían conectar con jugadas de tres cuartos que les permitieran ganar terreno. El Alicante estuvo frenando los avances cometiendo varios golpes de castigo y de uno de estos Ramiro tentó la suerte a palos, poniendo nuevamente a su equipo por delante (8-7).
La respuesta alicantina, volvió a ser casi inmediata anotando un nuevo ensayo transformado (8-14).
Los Barbarians volvían a la carga una y otra vez con su delantera y por medio de esta, Agus anotaría nuevamente (13-14).
Las tribunas vibraban con cada jugada, y los espectadores no podían prever cuál sería el desenlace de tan reñido encuentro.
Acercándose al descanso, ninguno de los 2 equipos quería que su oponente marchase al vestuario con ventaja de puntos y el juego se centró en el centro del terreno, primando las defensas. Ramiro volvió a anotar un nuevo golpe de castigo para el Denia (16-14), pero el árbitro no tenía ganas que llegase el descanso, pese a los 55 minutos ya jugados y dio tiempo a que el Alicante tentase y anotase también a palos, para marchar al vestuario con la ventaja de 16-17
Este marcador reflejaba la paridad en el campo. Las tácticas empleadas por ambos entrenadores mostraron su eficacia, y los jugadores no escatimaron esfuerzos para mantener el equilibrio en el marcador. Cada intento de desnivelar el resultado era rápidamente contrarrestado por el equipo contrario, lo que añadía una capa extra de tensión y emoción al partido.
En el segundo tiempo, la intensidad no disminuyó. Ambos equipos continuaron batallando con la misma ferocidad, buscando cualquier posibilidad de tomar la delantera. Cada ensayo y conversión era vital, y la presión sobre los jugadores era palpable.
Ante una primera posibilidad de tiro a palos, Ramiro volvió a dar 3 puntos a su conjunto (19-17), pero esta vez, el Alicante contestó con un nuevo ensayo, también transformado (19-24).
En una jugada de picardía, tras varias transmisiones del oval, Ramiro lograba anotar escorado e igualaba el encuentro a 24, al no conseguirse la transformación a palos.
Corría el minuto 70 y el campo era un mar de nervios. A pesar de los esfuerzos hercúleos, el marcador seguía reflejando una igualdad casi perfecta.
Finalmente, el partido concluyó con un empate a 24 puntos, un resultado que muchos considerarían justo dado el desempeño parejo de ambos equipos. Los puntos de clasificación fueron repartidos equitativamente, reconociendo así el esfuerzo y la calidad demostrada en el campo de juego.
Este empate deja a ambos equipos con la mirada puesta en los próximos encuentros, sabiendo que cada punto cuenta en la lucha por la clasificación. Los entrenadores y jugadores, aunque satisfechos con haber evitado la derrota, saben que deberán seguir trabajando duro para asegurar su posición en la tabla.
Los aficionados, por su parte, se retiraron con la satisfacción de haber presenciado un partido de rugby donde la igualdad y el espíritu competitivo fueron los protagonistas indiscutidos.