La temporada pasada el Valencia ya eliminó a un equipo alemán,el Werder Bremen, de la Liga Europa. Con ese mismo espíritu deben saltar los de Emery al Veltins-Arena para apear al Schalke 04 de Raúl.
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David Gutiérrez | NOSTRESPORT.COM
Con esta edición de la Liga de Campeones, ya son tres las ediciones consecutivas en las que al Valencia le toca desplazarse a Alemania para sacar las castañas del fuego en competición europea. En 2007 ya visitó el Veltins-Arena, como lo hará mañana, en lo que se convirtió en la única victoria valencianista en tierras germanas (0-1). El año pasado, en plenas Fallas, disputó la vuelta de los octavos de final de la Liga Europa en Bremen con un desenlace también positivo para los intereses blanquinegros (4-4).
El partido frente al Werder Bremen quedará en la retina de todos los aficionados valencianistas. Fue un partido loco, mágico y apasionante. Con idas y venidas, penaltis, golazos y emoción. Mucha emoción. Fue también el último hattrick de David Villa con la camiseta che, en un duelo en el que también brilló otro David, el canario Silva, con un triplete de asistencias espectacular, que resultó vital a la postre para superar la ronda.
El equipo se levantó a sus numerosas bajas (Maduro jugó de central junto a Dealbert, y Bruno actuó por la banda izquierda), y al penalti ridículo y a la expulsión de Banega que le señalaron en la ida, para colarse en cuartos con la épica de las puertas grandes. Lo hizo, además, ante un cuadro esforzado, que nunca se rindió pese a la exhibición que rindió el Valencia en el primer acto, y pese a necesitar cinco tantos para apear a los che.
Allí, al Weserstadion, el Valencia llegó con el mismo marcador con el que mañana llegará a Gelserkirchen, prueba de que este equipo es capaz de sacar las eliminatorias en territorio comanche. Es ese carácter, ese espíritu, el de Bremen, el que los de Unai Emery deben sacar mañana a relucir. Es el partido del año, como el del año pasado lo fue el que les enfrentó al Werder. Como lo fueron aquellos encuentros ante Arsenal, Lazio, Barcelona o Leeds en las temporadas de las dos finales.
Será difícil llegar a una tercera, pase lo que pase mañana, pero es el orgullo de todo una afición lo que hay en juego. Y con un sentimiento no se ha de frivolizar. Se podrá ganar o perder, pasar de ronda o quedar apeado, pero con el espíritu de Bremen lo que es seguro es que el valencianismo saldrá con la cabeza alta.