Expectativa vs Realidad. Así se resume, por ahora, el mercado de fichajes del Valencia CF. Tras la continuidad del proyecto en Europa, especialmente en la Liga de Campeones, y tras la consecución de la Copa del Rey, la afición valencianista esperaba un mercado donde el club de Mestalla mejorase su plantilla considerablemente, sobre todo, en la zona ofensiva, donde el equipo causó una falta de gol evidente a lo largo de la temporada pasada, lo que le lastró varios partidos, tanto de local como de visitante.
Sin embargo, está siendo un mercado de fichajes caótico, seguramente el más sonado desde la marcha de Salvo, Rufete y Ayala, en el año 2015. Cuando todo el mundo, tanto en el club como en la afición, esperaban un mercado tranquilo y con la mira puesta en mejorar la plantilla, la cruda realidad es que, a 20 de agosto, aun falta, mínimo, un fichaje, y es en la zona ofensiva, donde en los últimos días se ha sumado el culebrón de Rodrigo Moreno, el cual, parece, va a ir para largo y va a traer cola. A esta situación estresante se la suma la nueva directriz a la hora de escoger a los futbolistas, donde Peter Lim, a 11000 kilómetros de Valencia, también quiere tener un gran peso a la hora de decidir, lo que ha lastrado, por el momento, el fichaje de Rafinha, además de todo el caos que hubo hace unas semanas, donde el proyecto Marcelino – Mateu Alemany pendió de un hilo (si es que no sigue pendiendo).
Paradójicamente, el Valencia CF ha hecho más incorporaciones en la zona defensiva, la cual le llevó al éxito la temporada pasada, aunque bien es cierto que los refuerzos, al menos a priori, mejoran lo que había (Mangala y Jaume Costa por Roncaglia y Lato), aunque hubo un gran debate en la portería, donde el tiempo dirá si el Valencia sale ganando (o no) con el trueque Cillessen – Neto.
Profundizando en el «caso Rodrigo», la bomba puede estallar en cualquier momento. Desde que se quede (después de haberse despedido de sus compañeros) hasta que salga, lo cual supondría, en boca de Marcelino, una pérdida irremplazable, que pondría en jaque el proyecto deportivo del club que, con falta de gol el pasado curso, solo ha cambiado un cromo en la zona ofensiva, donde también será el paso de las jornadas lo que dictaminará si Maxi Gómez mejora el rendimiento de Santi Mina que, con el paso del tiempo, mejoraba sus prestaciones en el terreno de juego.
El caso es que, a 20 de agosto, una salida del delantero hispano – brasileño sería acudir al mercado con una cantidad de dinero jugosa, sí, pero que te pondría trabas a la hora de negociar, teniendo en cuenta que, con el paso de los días, las operaciones que eran viables hace semanas son, ahora, muy difíciles. Por ejemplo, Hirving Lozano, en la agenda, acaba de firmar por el Nápoles. Werner, delantero alemán, lo tiene acordado con el Bayern. Rafinha cada vez tiene más difícil salir del FC Barcelona y Dani Olmo suena con mucha fuerza para reforzar al Ajax. Mariano, que también era una opción viable, está cerca del Mónaco, y todos los focos están en la figura de André Silva, representado por Mendes, que de ser el sustituto de Rodrigo Moreno no sentaría nada bien, ni al propio Marcelino (que no lo quiere) ni a la afición.
Veremos qué sucede estos últimos días de mercado pero, tal y como está transcurriendo este verano, van a ser días de infarto y en los que el Valencia CF debe escoger una vía, la que eleva la calidad de la plantilla y refuerza el proyecto deportivo, o la de llenar los bolsillos de dinero y la que solo contenta a una pequeña parte de lo grande que es este club.