David Ferrer y Nicolás Almagro brindaron un gran espectáculo de tenis ante un imponente Ágora. El de Jávea derrotó al murciano por 7-5, 6-7 y 6-2. Los españoles, que disputaron la última final de la edición anterior, protagonizaron el mejor partido del torneo.
- Davydenko se impone en el Ágora
Matías L. Sartori | NOSTRESPORT.COM
David Ferrer y Nicolás Almagro brindaron un gran espectáculo de tenis ante un imponente Ágora. El de Jávea derrotó al murciano por 7-5, 6-7 y 6-2. Los españoles, que disputaron la última final de la edición anterior, protagonizaron el mejor partido del torneo.
Un partido de final. Al igual que aquel duelo que despedía al CT Valencia el pasado año, David Ferrer y Nicolás Almagro regalaron un gran encuentro donde se vio el talento convertido en juego de ambos españoles. Por un lado, Ferrer intentaba defender el título y Almagro hacía su presentación en busca de su cuarta final consecutiva. Bajo el amparo de un Ágora que esperaba ver tenis, el último campeón y el finalista con sed de revancha, volvían a verse los rostros.
Al comienzo del primer set, se pudo apreciar a un Almagro muy concentrado en su juego que utilizó la inteligencia para darle batalla al vigente campeón. Pero Ferrer impuso su estilo para sacar ventaja a partir del quinto set (3-2) tras la igualdad que establecía Almagro. En ese instante, el murciano no dejó escapar a su rival, quebrando el saque del alicantino y convirtiendo ocho puntos consecutivos para poner el partido nuevamente en tablas (4-4). Pero Ferrer emuló aquel último set que lo había consagrado campeón ante el mismo rival el año pasado, para quedarse, con dificultad, con el primer set por 7-6. Hay que destacar el esfuerzo de Almagro que había puesto incertidumbre en la definición con dos aces consecutivos para igualar en 5 set, cuando parecía todo perdido.
Almagro, el optimista
El segundo set, plagado de vaivenes en el resultado, tuvo un desarrollo explosivo para David Ferrer. El de Jávea se adelantaba con jerarquía por 5-2 y la historia parecía repetirse en Valencia. Pero una gran tarea de recuperación unida a un impecable espíritu de optimismo hicieron que Almagro, tras sobrevivir a dos bolas de partido que Ferrer desaprovechó, volvía a igualar increíblemente el resultado transitorio dandole la bienvenida a un dramático tie-break. Y aquí, el murciano no perdonó. A pesar de comenzar abajo nuevamente, revirtió el resultado de manera excepcional para obtener un 7-3 y el empate en set.
Homenaje a la última final
El último set, ante un Ágora expectante en un partido en donde todo podía pasar, la duda y la incertidumbre fueron las invitadas inesperadas que la nueva catedral del tenis podía cobijar. Por un lado la inteligencia y calidad de Ferrer se enfrentaba ante la potencia y energía de la motivación de Almagro. Pero esta vez, el alicantino iba a sentenciar el partido con un 6-2, reeditando el triunfo de la última edición del torneo y demostrando que, indudablemente, jugaron una final anticipada.
- Davydenko se impone en el Ágora