Juan Soler presentó en la tarde de este miércoles su dimisión como presidente del Valencia CF, alegando problemas de salud. Su cargo lo ocupará el, hasta el momento, vicepresidente ejecutivo del club de Mestalla, Agustín Morera. De todas formas, Soler continuará como máximo accionista, por lo que continuará su poder sobre la entidad valencianista.
Daniel Ortega | NOSTRESPORT.COM
Uno de los peores momentos que se han firmado a lo largo y ancho de la historia del club valencianista es el que se está produciendo durante esta temporada y que ahora estrena un nuevo capítulo. Este miércoles presentó su dimisión como presidente el máximo accionista Juan Soler, alegando motivos de salud. Debemos recordar que Soler argumentó estos motivos para dejar de asistir a los encuentros disputados en Mestalla, así como a los que se producían lejos del viejo santuario valencianista. Y es que la situación que ha vivido Juan Soler como presidente del equipo no ha pasado inadvertida en ningún momento, tanto a nivel nacional como internacional. En realidad no ha existido un solo día en el que la escuadra valencianista no haya estado en el ojo del huracán por uno u otro motivo.
Hay que reconocer que el Valencia siempre ha estado rodeado de situaciones que incluso se asimilaban a un buen guión del genio Steven Spielberg. Pero, aun con todo ello, no hubiese pasado relativamente nada si los resultados del equipo hubieran sido positivos, situación que, a la vista está, no se han acercado ni mucho menos a los mínimos exigidos para un equipo de esta entidad y los esperados por aficionados y simpatizantes. Pero, sin duda, el peor momento de los de Mestalla se produjo con la salida de Sánchez Flores y la llegada de Ronald Koeman al banquillo valencianista provocando el defenestramiento de buques insignia del equipo como Albelda y Cañizares. Situación que, junto a los pésimos resultados cosechados, provocó la ira de aficionados y la desunión total del vestuario blanquinegro.
Siempre podremos pensar que ha llegado el momento en el que Juan Soler ha dicho "basta" al no poder o no saber emular a sus predecesores, que consiguieron llevar al equipo a lo más alto y consagrarlo como importante y reconocido en la estela futbolística internacional, abandonando el barco valencianista. Aunque siempre queda el voto de la duda y de la educación y, por qué no, el voto de la confianza a un presidente que lo intentó, pero que no pudo ser.