El Levante Unión Deportiva recibe al Celta de Vigo sumido en el incendio provocado por la eliminación copera del jueves ante el Espanyol.
La manera de perder en el choque contra los periquitos y las declaraciones de Morales posteriores han provocado que el enfrentamiento contra el cuadro olívico será una reválida para la plantilla y para el entrenador. Ya es momento que el técnico asturiano dé un golpe de timón y retome el control de la situación, y se acabe de una vez con la ansiedad y la intranquilidad de las citas en Orriols.
Por su parte, el equipo pontevedrés también viene muy tocado por la goleada en el Nou Camp frente al Barcelona en la ronda copera de octavos. Los gallegos no compitieron en ningún momento en la Ciudad Condal y notarán en lo anímico la pésima imagen. Aunque su línea de vanguardia es lo más peligroso de los celtistas. Es un equipo algo irregular.
Problemas y soluciones
A todo esto debe agarrarse el grupo granota y confabularse para ganar de una vez en el Ciutat para volver a la tranquilidad. Muchos errores se han cometido y hay opiniones para todos los gustos.
Lo primero es remar todos en la misma dirección en ese vestuario. Y luego, en lo futbolístico, hay que marcar goles primeramente, eso fundamental, y asegurar una zaga estable y consistente, sin adelantar tanto la línea defensiva. Que los zagueros estén resguardados y protegidos, y no haya tanta distancia entre líneas. Que no haya campo abierto a la espalda de los centrales, con muchos metros hacia atrás para recular, y en clara desventaja frente a los delanteros veloces adversarios.
También hay que recuperar a los centrocampistas en baja forma y a los futbolistas de ataque muy desmejorados con respecto al año pasado. Algunos están irreconocibles.
Mucho trabajo y mucho por hacer para Muñiz. Pero lo primero es recuperar las sensaciones, los goles y lo que se construyó en el inicio liguero. De lo contrario, problemas.