Tras los últimos acontecimientos, las aguas granotas están más revueltas que nunca y, a falta de poco más de una semana para empezar a preparar la temporada, no hay nada claro en lo que a planificación y plantilla se refiere. Por ahora, el Levante no ha incorporado ningún refuerzo, pero tampoco ha formalizado ninguna de las ventas que necesita realizar para solucionar la difícil situación que atraviesa
Maria Galán | NOSTRESPORT.COM
Tras los últimos acontecimientos, las aguas granotas están más revueltas que nunca y, a falta de poco más de una semana para empezar a preparar la temporada, no hay nada claro en lo que a planificación y plantilla se refiere.
Por ahora, el Levante no ha incorporado ningún refuerzo, pero tampoco ha formalizado ninguna de las ventas que necesita realizar para solucionar la difícil situación que atraviesa, ya que un club de Segunda (más aún con el lastre económico que arrastra el Levante) no puede mantener una plantilla sustentada en jugadores con sueldos de Primera, algunos de ellos incluso astronómicos para un club modesto como el Levante.
Aún así, esta particular “Operación Salida” se está demorando más de la cuenta, ya que el club se encuentra en la actualidad descabezado, con el grupo de Tomás Carmona pululando, pero sin llegar a materializar esa supuesta oferta de adquisición. Mientras tanto, el tiempo se echa encima. No queda nada para el 31 de julio.
Otro problema con el que se encuentran los dirigentes levantinistas es saber quien dirigirá al equipo la próxima temporada. Con la demora en la compra de la entidad por parte de Carmona y los suyos, el tiempo se ha echado encima y la actual directiva se ha encontrado con que todavía no hay entrenador para el primer equipo, ni tampoco preparador físico, por lo que el inicio de la pretemporada ha tenido que retrasarse una semana. En este momento, desde la entidad se realizan gestiones para encontrar a un técnico con las limitaciones que impone la Ley Concursal y que tenga asumido de que si se consuma la venta del club perderá su puesto.
Mientras tanto, el grupo de Carmona firmó hace semanas un precontrato con Lucas Alcaraz, que ya ha visitado Valencia en varias ocasiones y que, según afirman los compradores, “ya tiene cerrada tanto la pretemporada como la plantilla”.
Por otra parte, el Consejo de Administración del Levante UD ya ha recibido la visita de los tres administradores judiciales que el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Valencia designó para intentar solucionar la situación de insolvencia que atraviesa la entidad y que mantuvieron su primera reunión con la cúpula granota.
Por el momento será la actual Directiva la que, bajo la supervisión de los administradores, se encargue de la gestión del club. “El Consejo tiene libertad para gestionar todos los aspectos relacionados con el tráfico jurídico, deportivo y mercantil del Levante, pero la palabra clave será una intervención o una aprobación de los administradores”, aseguró el portavoz del Consejo, Víctor Santamaría.
Para terminar de rematar la faena, el club se ha quedado también sin correo electrónico, sin aire y sin agua para el césped, problemas que no se pueden solucionar por falta de dinero y que no hacen más que agravar la dramática situación de la entidad. Un drama que parece no tener fin.