El Castellón ha firmado con el Numancia unas tablas (2-2) en un partido que los albinegros tenían controlado gracias a los goles de Pau y Víctor Salas. Los de Soria empataron con tantos de Bolo y Mario y consiguieron el punto necesario que les hace campeones de la Segunda División.
Redacción | NOSTRESPORT.COM
Andaba el Numancia caminando por el lado oscuro de la vida como cantaba Lou Reed cuando regresó a la luz. Un balón colgado desde la banda izquierda acabó en la cabeza de Bolo. El delantero picó el esférico para alojarlo en el punto más alejado de Carlos Sánchez. Minutos después fue Mario quien resolvió con contundencia una falta centrada dispuesta en el semicírculo del perímetro defensivo albinegro. En apenas veinte minutos el líder demostró su condición con personalidad y solvencia en inferioridad numérica tras la expulsión de Moreno. Anteriormente, el C.D. Castellón, asido a las botas de Nakor Bueno, golpeó a Nuñez hasta en dos ocasiones. La escuadra de La Plana encontró un verdadero Potosí por ese espacio del rectángulo verde. Nakor Bueno regresó al once inicial tras muchas semanas de ausencia. Su actuación fue meritoria y terriblemente determinante. El delantero escoró su figura hacia el costado diestro. Fue una de las novedades de la confrontación. En el punto en el que percute Arana se instaló el atacante. Sus movimientos convergieron con los caracteres que suelen presentar los especialistas en semejante demarcación. Intuición, verticalidad, convicción y un plus de rapidez para escurrirse como una auténtica anguila ante sus defensores.
No tardó en exceso en mostrar sus credenciales. La primera asociación de ideas entre Víctor Salas y Nakor concluyó con un centro medido que Pau desvió con sabiduría y sutileza al fondo de la red soriana. Fue una acción que define a los interiores. Nakor evitó los obstáculos que le salieron al paso y extrajo un latigazo medido a la incorporación del canterano. La entente recordó el precedente dispuesto en un encuentro lejano entre el Eibar y el C.D. Castellón en Castalia. Pau y Nakor dieron señales de un perfecto entendimiento. El guión contó con un nuevo capítulo. Nakor fotocopió una cabalgada por la derecha. Sólo varió el protagonista final. Víctor Salas rompió con un anatema que le perseguía durante el ejercicio liguero y estrenó su expediente anotador. El enfrentamiento evidenció dos coyunturas extraordinariamente diferenciadas. El C.D. Castellón del acto inaugural del conjugó con la ortodoxia del balompié. Fue un equipo simétrico en sus movimientos, exquisitamente ordenado y concienciado de las armas que debía exhibir para optar a la conquista de un territorio inhóspito. A la habitual solidez defensiva sumó claridad en la medular, un trabajo abnegado en la mediapunta y magia por los costados.
La fábrica de los goles albinegros respondió a las trazas de Nakor. Perico rozó la gloria en una colada hasta la línea de fondo tras un matemático cambió de orientación de Zamora. El gol merodeó por la meta de Nuñez aunque no se consumó en esa razzia. Los costados marcaban diferencias. El Numancia respiraba desde la estrategia, pero se comportaba como un bloque vacío en el cómputo general. Fue su único argumento y una especie de agarradera para poner entre signos de interrogación la estabilidad de Carlos Sánchez. Sus vías de acceso estaban taponadas y, por ende, su fútbol se agotó. No obstante, esa ortodoxia mentada se difuminó en la segunda fase. El encuentro se revolvió. Fue el típico partido que gusta enormemente a los espectadores congregados puesto que el esférico corrió libremente por el limes de las porterías cual heraldo del gol. Sin embargo, la naturaleza y la condición que adquirió suele exasperar a los entrenadores por ese libertinaje en la vertiente defensiva que se traduce en una cascada de oportunidades que destroza y dinamitó los pretendidos y, en ocasiones, encorsetados sistemas.
El balón llegaba con una facilidad descomunal ora a las inmediaciones de Nuñez ora a las cercanías de Carlos Sánchez. No necesitaba el C.D. Castellón jugar a la velocidad del sonido. El duelo se fragmentó en mil pedazos. De sus aristas nacieron las dianas del grupo de Arconada. El Numancia remontó con dos golpes certeros. La escuadra soriana restituyó el orgullo lastimado y mostró la casta que le ha llevado hasta la Primera División. El C.D. Castellón no se amilanó. El gen que le identifica no le permite marcharse de los encuentros con tanta rapidez. Recompuso su perfil y marchó hacia adelante con prestancia. En cada aproximación evidenciaba un peligro que no era anecdótico. La defensa local no era precisamente el exponente de la solidez numantina que caracterizó al pueblo soriano en su lucha tribal ante los romanos hace dos mil años. Había grietas y fisuras que el colectivo albinegro explotó. Sin embargo, le faltó instinto para ajusticiar al rival y obtener una victoria de prestigio.
LOS DATOS DEL PARTIDO
CD Numancia (2): Nuñez, Mario, Moreno, Del Pino (Palacios, min 78) Beranger, Felipe, Jaio, Quero (Carmelo, min 70), Pérez (Jordá, min 75), Pavón y Sergio Ortega.
CD Castellón (2): Carlos Sánchez, Rafita, Dealbert, Zamora, Pedro, Ibon (Aaron, min 89), López Garai, Nakor (Oberman, min 78), Víctor Salas (Pendín, min 82) Perico y Pau.
Goles:
0-1. M 12. Pau
1-1. M. 39. Víctor
1-2. M. 48. Bolo
2-2. M. 67. Mario
Árbitro: Hevia Obras. Colegio Madrileño. Amonestó a Felipe, Mario, Sergio, Rafita, Pedro Hernández, López Garai y Zamora. Expulsó a Moreno y a Machín, segundo entrenador del Numancia.
Estadio: Los Pajaritos Incidencias: Encuentro correspondiente a la cuadragésima jornada de liga de Segunda división, disputado en el estadio municipal de Los Pajaritos ante unos 4.500 espectadores.
Fuente: cdcastellon.com