Mario Suárez, exjugador del Valencia CF y actual comentarista de TVE, ha sido claro y contundente al hablar del estado actual del conjunto de Mestalla. En una entrevista con El After de Post United, el excentrocampista no se ha mordido la lengua al analizar los problemas del club, que conoce de primera mano tras haber vestido la camiseta blanquinegra en la temporada 2016/17.
“El Valencia es un club con muchas posibilidades, la afición es increíble, pero también es verdad que de malas es muy jodida”, comienza diciendo Mario, quien guarda recuerdos agridulces de su paso por el equipo. Aquella campaña fue especialmente convulsa, con hasta tres entrenadores al frente del banquillo (Ayestarán, Prandelli y Voro) y un ambiente interno cargado de tensión.
“Teníamos reuniones en el vestuario y ya estaba todo filtrado en Superdeporte antes de que acabáramos de hablar. Perdíamos partidos, volvíamos de madrugada y no nos dejaban salir de la ciudad deportiva”, recuerda.
Desde su actual rol como analista televisivo, Mario Suárez ha seguido vinculado al fútbol y, en particular, al Valencia. Este domingo, sin ir más lejos, formó parte del equipo de comentaristas de TVE durante la final de la Nations League entre España y Portugal. Desde esa perspectiva, mantiene una visión crítica sobre la gestión del club bajo el mando de Peter Lim.
“El problema es que hay un señor que no ha entendido nunca lo que es el Valencia, no ha entendido ni escuchado a su afición, ha querido sacar partido económico en el club y no ha invertido lo suficiente”, ha sentenciado. Para el exjugador, se trata de una “pena”, dado que considera al Valencia como una entidad histórica que debería “pelear por títulos”.
Aunque su paso por el club fue breve, Mario dejó huella en algunos partidos clave. En los 24 encuentros que disputó como valencianista, marcó tres goles decisivos: uno en Leganés y un doblete en Gijón, que sirvieron para sumar seis puntos importantes en una temporada llena de turbulencias.
A sus 38 años, Mario Suárez habla con la autoridad de quien conoce el vestuario y también el micrófono. Y su diagnóstico es claro: sin conexión entre propiedad y afición, el potencial del Valencia CF seguirá desaprovechado.
