El Valencia pierde (2-0) dando una triste imagen contra el Espanyol en un partido en el que el equipo de Marcelino solo compitió la primera media hora
Aparecieron los fantasmas de hace dos temporadas. El Valencia sufrió y perdió dando una triste imagen en un campo en el que debería ganar con solvencia y marcando las diferencias. El VAR, por primera vez en la historia de la liga, dio el primer gol al Espanyol, que sentenció a los cinco minutos con un 2-0 en el largo transcurso del segundo tiempo. El equipo pareció otro totalmente diferente al que se vio en Mestalla en la primera jornada.
Rodrigo y Neto. Un buen delantero y buen portero. Qué importante es tener a esas dos piezas en un equipo para empezar a construir la base del triunfo. El Valencia tiene esas piezas y más que se irán descubriendo durante la temporada. El primer tiempo les puso como actores principales del largometraje. Uno, rompiendo continuamente la defensa perica y generando las ocasiones de gol más claras de la primera parte. Y otro, haciendo despejes imposibles para mantener el contador local a cero.
La hazaña más importe del guardameta ché en los primeros 45 minutos llegó a la media hora de juego cuando despejó a bocajarro un cabezazo de Borja Iglesias después de que Sergio García la enviara al travesaño. Esa fue la más clara del Espanyol en el primer acto. Casi la única. Pero la más peligrosa. Antes, apenas llegó el equipo de Rubi a portería valencianista. El dominio fue del conjunto de Mestalla desde el inicio. Con un Kondogbia correcto en el medio y con Rodrigo y Mina dando guerra arriba. Fue de más a menos el Valencia en el primer acto, que de haberse pitado una mano en el área de David López, hubieran cambiado tal vez las cosas antes del descanso.
En la segunda parte el Valencia se borró del partido. Él solito. El Espanyol cogió todo el protagonismo. Bueno, y el VAR. El Espanyol-Valencia de la segunda jornada de liga de la temporada 2018/2019 será recordado por el primer encuentro en la historia de la liga española en el que se aplicó el VAR para revisar un gol fantasma y, en este caso, concederlo. El tanto fue de Granero, de una falta directa que rozó el área y que cometió Diakhaby por unas manos claras, aunque de difícil interpretación.
Cinco minutos después llegó el segundo gol del equipo perico. Obra de Borja Iglesias, que disparó a puerta vacía después de que Piccini tuviera una pájara monumental en defensa que reflejó lo que fue el partido del Valencia en el segundo tiempo: una tremenda sinvergonzonería. Marcelino sacó inmediatamente a Gameiro y Batshuayi. Se reactivó algo más el equipo. Pero nada. El partido recordó a uno de esos de hace dos temporadas en los que el Valencia sufría y perdía en campos en los que tendría que ganar con solvencia. Aparecieron los fantasmas en el momento perfecto, con Lim y Mendes en el palco. Así presenciaron de primera mano la necesidad imperiosa de la incorporación de Guedes a las filas valencianistas.
El Valencia, con Gameiro y Batshuayi, generaron algunas ocasiones en los últimos minutos pero no consiguieron recortar distancias. Acabó cayendo el conjunto de Marcelino en un partido en el que el conjunto de Marcelino solo compitió la primera media hora.