No hace más de dos semanas desde que Villalonga llegó al Valencia y las primeras discordancias ya han llegado. El máximo accionista del club, Juan Soler, junto con los otros dos accionistas mayoritarios como Vicente Soriano y Manuel Llorente, se niegan a una ampliación de capital, y sin el apoyo de los máximos accionistas la medida de Villalonga no llegará a buen puerto.
Mayte Cortell | NOSTRESPORT.COM
No hace más de dos semanas desde que Villalonga llegó al Valencia y las primeras discordancias ya han llegado. El máximo accionista del club, Juan Soler, junto con los otros dos accionistas mayoritarios como Vicente Soriano y Manuel Llorente, se niegan a una ampliación de capital, y sin el apoyo de los máximos accionistas la medida de Villalonga no llegará a buen puerto.
Villalonga quería llevar a cabo una ampliación de capital que estaría tasado entre 60 y 90 millones de euros y que permitiría sanear las cuentas del Valencia. El nuevo gerente llegó al club de Mestalla con la idea de no vender ni a Villa ni a Silva, pero quizá no haya otra solución sin la ampliación de capital, ya que el Valencia tiene que hacer frente a unos pagos para los que debe conseguir dinero en breve.
Tanto para Soler como para Soriano y Llorente una ampliación de capital social supondría la pérdida de poder, ya que actualmente hay 192.000 acciones, de las cuales 70.000 corresponden a Soler. Si se consuma la ampliación, Soler dejaría de tener el 37 por ciento del capital y para continuar manteniéndolo, debería desembolsar una importante cantidad de dinero. Además, las acciones perderían valor. Sin embargo, con la oposición a la ampliación de capital, se busca que en el Valencia no entre capital extranjero.