El Villarreal conquista el Reale Arena tras un partido muy competitivo de todo el equipo, con la actuación estelar de Comesaña y un Mosquera omnipresente
El día que el Villarreal cumplía 900 partidos en Primera División visitaba Anoeta bajo la intensa lluvia donostiarra. Aunque el chaparrón parece que solo mojó al equipo txuri-urdin. El submarino se impuso por tres goles a uno a la Real Sociedad gracias al doblete de Comesaña y un gol del ex realista Sørloth sobre la bocina. De esta manera, el Villarreal suma su sexto partido consecutivo sin perder, vuelve a conquistar un campo complicado y se aleja del descenso.
El encuentro que abría la jornada 26 del campeonato nacional de liga arrancaba con un emotivo minuto de silencio por las víctimas del catastrófico incendio de Valencia. Sobre el césped, arrancó potente el encuentro. Con mucha disputa y mucho nervio por parte de los dos equipos. Cuando mejor estaba la Real, el submarino atizó el primer golpetazo del partido a la salida de un córner.
En una jugada de estrategia, Baena colgó el esférico hacia Albiol, que completamente solo en el segundo palo, se la dejó en bandeja a Santi Comesaña para que el gallego la empujara con la testa. Era el 0-1 y el primer gol del centrocampista con la camiseta del submarino en La Liga. El submarino estaba jugando un partido muy serio, presionando a los locales muy arriba y replegando cuando los de Imanol Alguacil hundían al submarino en su campo.
Fue eso lo que hizo la Real tras el 0-1, intentar meter al Villarreal en su área, pero una férrea defensa amarilla liderada, como siempre, por Raúl Albiol y secundada por un Yerson Mosquera que en el día de hoy se mostró al fútbol español con un partido sobresaliente. Con la victoria por la mínima se iba el submarino al descanso.
Pero es que nada más arrancar la segunda mitad, cogió la pelota otro de los que en el día de hoy se salieron sobre el verde: Ilias Akomach. El marroquí arrancó por enésima vez por banda derecha y aunque la Real recuperó la posesión, la alta presión del equipo provocó un error de Pacheco en la salida de balón que aprovechó Baena y que sirvió con música hacia el punto de penalti donde apareció Comesaña. El gallego, de profesión llegador, anotaba el 0-2 y su primer doblete como futbolista.
El partido le estaba saliendo al Villarreal como Marcelino había planificado, con todos los jugadores ejerciendo su función como estaba previsto y con un resultado más que a favor en un campo complicado. La posesión era para la Real, pero poco le importaba a los groguets ese detalle, porque aunque lo intentó en varias ocasiones, el submarino estaba muy fuerte atrás.
Aunque en todo partido del Villarreal debe aparecer el sufrimiento y en el minuto 85, tras una en la que Jörgensen paró el esférico en dos ocasiones apareció Mikel Merino para introducir la pelota en la portería a la tercera. 1-2 en los minutos finales, con un Reale Arena volcado con su equipo y que la inercia hacía que la pelota estuviera en el campo visitante.
Sin embargo, como ya ocurrió en Montjuic, el Villarreal de Marcelino es ese equipo que compite a la perfección cuando el equipo contrario le deja espacios atrás y en el 93′, un contragolpe a la carrera de Capoue, que combinó con Morales para que el comandante centrara y ahí, con una calidad de crack, Guedes dejara con su cabeza el balón para que Sørloth fusilara a Remiro con su pierna derecha.
Era el 1-3 del vikingo, que anotaba el gol de la sentencia ante su ex equipo y confirmaba una victoria clave para el Villarreal. De nuevo, tres puntos en un campo más que complejo para el equipo castellonense, que ahora sí, ha arrancado el motor del submarino y al que le encanta navegar por los mares (y estadios) más profundos y complicados del panorama mundial del fútbol europeo.
