Abdennour será el central que tiene que hacer olvidar a Otamendi en esta temporada. El defensor, procedente del Campeonato galo, llevará el mismo dorsal que el ex jugador ché y promete dotar de consistencia y fuerza a la zaga.
Es un zaguero fuerte y contundente, que se compenetrará muy bien con los centrales actuales en la plantilla blanquinegra.
Como adelantamos a principios de año, el argentino no seguiría la 2015-16 en el Valencia con toda seguridad. El jugador sudamericano, como luego verbalizó su representante, quería jugar en uno de los dos equipos de Manchester, porque su idea siempre fue recalar en la Premier. Pese al empeño de algunos en comparar su caso con el de Fabián Ayala hace una década, nada que ver por cierto, desde el punto de vista de la coyuntura de cada jugador, y la insistencia de que seguiría que demostraron hasta el último momento cuando el ‘Ratón’ ya había jugado en clubes como AC Milan o Napoli y quería revitalizar su carrera, pero en el Valencia ganaba títulos y no sentía tan necesaria su marcha a nivel deportivo aunque le tentara el apartado económico; lo cierto es que en caso del internacional con la albiceleste completa un elenco de cracks en los citizens, sumado a los fichajes de De Bruyne y Sterling incluidos.
Desenlace esperado
Desde su peculiar fichaje la campaña anterior, en la que no pudo llegar a jugar y tuvo que acabar la temporada en Brasil, hasta su espectacular rendimiento en la 2014-15 con la elástica valencianista, muchas cosas han pasado, pero la idea era recalar en la Premier. Luego está cómo se ha desarrollado el proceso, con unas cifras puestas por el club que han sido variadas finalmente y diferentes y con la no llegada de Mangala.
Quería ser una repetición de los casos de Soldado y Mathieu, pero se ha demostrado que este tipo de negociación conlleva un desgaste para el club y finalmente ha sido una de las causas o por lo menos desencadenantes de la salida de Salvo y Rufete.
Nuevo orden
El caso Otamendi evidenció y provocó reacciones públicas de los protagonistas y aceleró todo el proceso por la carga de lo declarado. El representante del jugador provocó con su actitud la batalla final entre Mendes-Nuno contra Salvo-Rufete.
Por parte local se puso demasiada carne en el asador (cuando la fuerza ya no era igual, sí de cara a la afición, pero no dentro del club) y se tensó la cuerda. La idea de cada bloque era distinta. Querían venderlo sin llegar al extremo de la cláusula, porque realmente había una idea clara de que tenía que irse. Y hacía meses de eso. No era un caso comparable a otros. El tiempo nos da la razón, porque la información estaba clara y era cuestión de esperar.