El español Carlos Alcaraz cumplió los pronósticos y venció al universitario Oliver Tarvet (6-1, 6-4 y 6-4) para ingresar en la tercera ronda de Wimbledon.
Nunca es fácil jugar contra un absoluto desconocido para el circuito. Tarvet, que apenas podrá llevarse 9.000 euros de los 115.000 que ha generado aquí, por las reglas del deporte universitario, era un completo misterio para todos y es que antes de su triunfo en la primera ronda ante Leandro Riedi nunca había jugado más allá de Futures.
El salto, de jugar en las pistas de Monastir, San Diego, Nottingham y Shrewsbury a la Catedral del tenis ante 15.000 personas es impresionante, pero Tarvet dio la talla y mostró una versión parecida al correcaminos para cubrir cada hueco de la pista y complicar lo máximo posible a Alcaraz, que por segundo día consecutivo estuvo incómodo al servicio.
El murciano parece haber perdido el duende que mostró en Queen’s y volvió a sufrir en sus turnos al servicio, permitiendo que Tarvet dispusiera de ocho bolas de ‘break’ en el primer parcial. Esto, en un partido entre el número dos del ránking y defensor del título, y el 733, era una auténtica barbaridad. Y aún así Alcaraz se las apañó para salvar el primer parcial con un engañoso 6-1.
Que Tarvet comenzara el segundo set rompiendo y con 0-2 a favor era casi justicia poética contra un Alcaraz al que le está costando engrasar este año en un torneo en el que, eso sí, sus registros son impolutos. Lleva veinte triunfos consecutivos desde la final de Barcelona, suma veinte triunfos en este torneo y quince de ellos son consecutivos. En total, más de 45 horas de juego sin perder, desde que Jannik Sinner le batiera en los octavos de final de la edición de 2022.