El cuento de siempre, con el mismo final feliz y, sencillamente, distintos protagonistas. No fue el Elche, tampoco el Numancia. En esta ocasión, el remozado Almería de un intrépido y motivado Luis Miguel Ramis trató de poner en jaque un feudo que va camino de rubricar unos números de leyenda. El resultado: a la picota. “Fue sin querer que te besó y pensaste en mí”, que decía Sidonie en uno de los temas outsider de su álbum maestro, El Incendio. Así, casi sin querer, sumó otros tres puntos el equipo de Muñiz. La brillantez y las ocasiones aterrizaron con cuentagotas. La efectividad, en dosis extremas.
Un espacio-tiempo peculiar
Escoger la matinal del 19 de marzo para emplazar un partido en la ciudad de Valencia no es, tal vez, la mejor de las ideas. El explosivo cocktail que conformaban los restos alcohólicos todavía presentes en las entrañas de algunas y algunos aficionados, las apenas dos horas de sueño y el sentimiento generalizado de tristeza por la despedida de las fiestas falleras podía hacer pensar en un Ciutat alejado de su mejor imagen. La realidad no pudo ser más diametralmente opuesta: chapeau para la afición.
Sorpresa y al turrón
Los padres de los jugadores brindaron una pequeña sorpresa a sus pupilos en la previa del comienzo del partido. El detalle, emocionante y conmovedor, dio paso a los noventa minutos de acción. Muñiz confió nuevamente en Casadesús, en esta ocasión con Lerma y Campaña unos metros por detrás procesando las labores de la medular. Por su parte, Morales volvió a la titularidad en el perfil zurdo del ataque. El madrileño, para decepción de todas y todos, sigue lejos de su mejor versión en el día en que cumplía el centenar de partidos con la camiseta azulgrana.
Los once metros, decisivos
Por tercer partido consecutivo, el Levante se estrenó en el marcador a través de una acción de pena máxima. Ya son cuatro en los últimos tres partidos y, en todos ellos, han sido decisivas para que los tres puntos caigan del lado valenciano. Apenas un par de tímidos intentos contemplaban el bagaje de un partido anodino al que Nano, con un ingenuo y claro agarrón en el interior del área, dio el toque de gracia. Roger se encargó del resto.
La necesidad que desarrolla el instinto
El Almería, con nuevo entrenador y sumido en una situación crítica a todos los niveles, no le perdió en absoluto la cara al envite. Planteó un fútbol rápido, trenzado y de asociación que permitió a algunos de sus jugadores más determinantes poner en jaque, por momentos, a un colosal Raúl Fernández. Quique y Fidel, especialmente activos, obligaron al cancerbero vasco a lucir su amplio repertorio y catálogo de intervenciones. Los postes, como también es costumbre, estuvieron de nuestro lado.
Camino al cielo (bis)
68 puntos en el mes de marzo, con un partido todavía por disputarse. Escandalosamente escandaloso. Números para la historia del mejor equipo a nivel de guarismos de la categoría de plata a estas alturas de campeonato. Sigamos con las cábalas: ¿Getafe, Reus, Cádiz, Vallecas? El fútbol nos debía un año así. Sigamos disfrutando.