Nos atiende en Nostresport el entrenador del Crevillente Deportivo.
El Crevillente Deportivo ha sido una de las mejores noticias del fútbol valenciano en los últimos días tras lograr el ascenso a Tercera Federación. El conjunto de Dani Pina ha superado en los playoffs al Ribarroja y al Amazora y ha conseguido el objetivo que llevan años persiguiendo.
Dani Pina ha sido el gran artífice de este logro junto a un grupo de jugadores que han creído en su mensaje hasta el final y que han llevado al Crevillente Deportivo al lugar que merece. El estadio Enrique Miralles pudo disfrutar el pasado domingo de un histórico ascenso y de un partido que quedará en la memoria de todos los aficionados después de conseguir un global en la eliminatoria de 7-2 ante el Almazora.
Hemos tenido el placer de charlar con el técnico de Ibi, que a sus 35 años ya lleva dos ascensos como entrenador, sobre la temporada, el futuro del equipo y su corta pero intensa trayectoria en los banquillos.
¿Cómo están siendo estos días después del ascenso?
«El domingo sí que es verdad que nos acostamos tarde, los jugadores terminaron más tarde que nosotros, algunos integrantes del cuerpo técnico. Yo al día siguiente a las 7 de la mañana tenía que estar en la fábrica, así que solo pude descansar 3 horas. A lo largo de la semana yo creo que me ha ido saliendo más el cansancio mental que el físico, porque sí que es verdad que a mitad de semana te entra el bajón ese de decir, joder, cuanta tensión acumulada durante todo el año. Porque al final en un playoff, y más cuando consigues el objetivo, creo que toda esa tensión acumulada que suelen tener los entrenadores, sale durante la consecución y en eso estoy en esta semana»
¿Esa tensión de la que hablas te afectó en la eliminatoria de playoffs ante el Almazora? ¿Cómo viviste esas semanas que veías que podíais ascender?
Sinceramente, creo que con el paso del tiempo y de los años, a pesar de que soy un entrenador joven y esta es mi cuarta o quinta temporada con equipos senior, dejas que esa tensión te influya menos, ese nerviosismo, porque yo creo que al final eso se transmite a la plantilla y yo soy un entrenador que me gusta transmitir tranquilidad y seguridad en uno mismo. Llevo trabajando todos estos años en intentar tranquilizarme y que no se me meta esa tensión porque al final el entrenador es el líder del equipo y si tu transmites un mensaje, pero tu actitud corporal no transmite lo mismo, yo creo que eso el jugador lo siente.
Pero la verdad que tengo que decir que hemos vivido estas semanas con tranquilidad y no por el resultado de la ida, sino porque durante todo el playoff hemos dicho a los jugadores que intentaran disfrutar. Todo el mundo nos colgaba el cartel de favoritos, no se si se pensaban que éramos el Manchester City de la categoría, pero todo el mundo nos daba ese papel. Entonces yo siempre he intentado decirles a los jugadores que estuviesen tranquilos y que disfrutaran de lo que estaban haciendo porque yo siempre les digo que son muy buenos. Yo tengo la suerte de que tengo al mejor equipo del mundo y así se lo hago sentir a ellos.
Respecto al playoff, creo que en la primera eliminatoria tienes mucha más tensión que en la segunda porque la primera como que puede parecer que si no ganas es un pequeño fracaso. Entonces, desde que conseguimos pasar la primera eliminatoria ante el Ribarroja, el equipo se soltó y ya en la final contra el Almazora se pudo ver ese mensaje que les habíamos lanzado de tranquilidad y seguridad en lo que estaban haciendo, y el equipo respondió a la perfección
En este tipo de eliminatorias está el debate de si es mejor jugar la vuelta en casa o fuera. ¿Qué prefieres como entrenador?
Este ha sido mi tercer playoff y he de decirte que en todos los sitios donde he planteado una eliminatoria siempre he intentado ser valiente. Lógicamente uno tiende a pensar que el partido de vuelta en casa puede ser un aliciente o una ventaja, pero creo que irte a jugar la vuelta fuera de casa con un resultados favorable, como el caso de ahora en segunda división con el Real Oviedo, puede darte mucha tranquilidad porque realmente le pasas toda esa presión al rival. Te diría que antes con el valor doble de los goles sí que a lo mejor podía tener algo más de peso, pero ahora es según quieras plantear las eliminatorias y según lo valiente que seas. Yo siempre he transmitido al equipo que no hay que jugar pensando en el partido de vuelta, porque el partido importante es el de esta semana, el de la semana siguiente no existe hasta que no pase el de esta.
¿Dónde crees que está la fortaleza de este Crevillente Deportivo para haber conseguido el ascenso después de varios años quedándose en el intento?
Sin ninguna duda está en la unión del grupo. Veníamos un cuerpo técnico nuevo, donde vinieron muchas piezas nuevas y algunos que habían estado conmigo anteriormente en el Rayo Ibense, y eso puede ser un arma de doble filo en el sentido de que el jugador que está ya en el equipo puede pensar que el entrenador va a poner a los que se ha traído del anterior club. Yo soy un entrenador que me gusta premiar al que trabaja y me da igual que te conozca o no. Y eso creo que los jugadores lo notaron desde el principio, que aquí no iban a haber regalos para nadie ni para los jugadores que había traído. Esto fortaleció mucho al grupo.
Al final, todo el mundo tiene su ego, el futbolista es egoísta por naturaleza, y el entrenador tiene que saber gestionar esos 20 o 22 egos. Y la mejor forma de gestionar esos egos es dejándolos fuera del vestuario para hacerle el trabajo más fácil al entrenador y no pensar que estás compitiendo con tu compañero, sino ayudando a tu compañero o al grupo a ser mejor. La fortaleza del equipo es el grupo sin ninguna duda.
Nosotros cuando llegamos al Crevillente pensábamos que íbamos a un sitio nuevo con muchos jugadores de nuestra anterior etapa, entonces desde un principio sabíamos que teníamos que hacer hincapié en esto, porque tu al jugador le tienes que generar un ambiente de confianza y eso se hace con el mensaje que tu lanzas, el jugador premia al entrenador honesto y al entrenador que le está diciendo la verdad y no al que le está diciendo lo que quiere escuchar. Y yo soy una persona que intento predicar con el ejemplo e intento cumplir todo lo que digo
Y ahora el futuro en Tercera Federación. ¿Tenéis la idea de mantener el bloque o el equipo necesita refuerzos?
Es la segunda vez que me toca vivir un ascenso y yo suelo decir que cuando lo consigues se viven tiempos muy bonitos, pero luego viene el tiempo feo porque tienes que tomar decisiones y antes que entrenadores somos personas y no a todo el mundo le parecen buenas tus decisiones. Nuestra idea es la continuidad y renovar a 12, 13 o 14 jugadores. Luego hay algunos que ellos mismos van a decidir, es decir, hay algunos que deciden retirarse o no jugar en Tercera Federación. Todavía no hemos empezado a hablar con los jugadores porque queríamos que pasara esta semana que tenemos actos y demás. Con Sergio y Richard sí que hemos mantenido una reunión para la confección de la plantilla y la idea es la que te he dicho. Luego también hay que contar que podemos tener alguna sorpresa, de algún jugador que queríamos renovar pero él no quiere, entonces la idea es continuar pero pueden pasar muchas cosas
¿Y el objetivo para la próxima temporada?
“Este año todo el mundo nos catalogaba o nos decía que el objetivo tenía que ser el playoff y ascender. No me cansaré de decir que los objetivos a principio de temporada lo puedes decir de boquilla pero no es nada real porque en la vida, en el fútbol y en todo, mirar a una semana vista es mucho. El objetivo es trabajar y no ponernos límites en la cabeza ni ningún límite por arriba o por abajo. Confeccionaremos la plantilla y a ver hasta dónde podemos llegar
Llegaste al Crevillente Deportivo después de conseguir el ascenso con el Rayo Ibense. ¿Sentías presión cuando fichaste?
Si te soy sincero, la presión la sentí el primer mes de pretemporada porque también lo jugadores se estaban metiendo una presión en las cabezas que no era buena, es decir, es como si tú estás haciendo algo en tu vida y piensas constantemente que lo tienes que conseguir porque si no lo consigues… Entonces empiezas a mandar mensajes raro porque si de primeras dices que tienes que estar arriba, en playoff, tengo que subir, eso no es real. Te estás metiendo una presión añadida que como no vaya bien las cosas no sales de ahí y es un bucle. Nosotros trabajamos desde hace tiempo con un coach deportivo y aunque el jugador te dice que no siente la presión, tú lo detectas. El mensaje fue cambiando semana a semana y los jugadores se dieron cuenta de que el objetivo era real y ahí ellos se fueron quitando presión y no es casualidad. En las primeras jornadas veíamos que con poco nos hacían o no jugábamos muy bien a fútbol, pero eso pasaba porque el jugador tenía esa presión añadida. Con el paso de los meses eso dejó de existir y solo pensaban en el hoy y no en el mañana. Esto fue un antes y un después para esta plantilla.
Con 35 años eres un entrenador muy joven, ¿cuándo te diste cuenta de que lo tuyo era el banquillo?
Yo empecé con 18 años ya en categorías de benjamines, pasando por todas las categorías del Rayo Ibense, alevines, cadetes… y ahí me di cuenta de que me gustaba de verdad y me lo tomé más en serio. Los dos últimos años antes de coger al equipos senior estuve en el juvenil B del Alcoyano y luego en el A. En Segunda Regional fuimos campeones de liga y ascendimos. Durante esa temporada me tuvo que hacer cargo del Rayo Ibense en las últimas ocho jornadas de Tercera División. Al año siguiente ya me hice cargo del primer equipo y conseguimos el playoff pero fue el año del COVID y fue complicado y perdimos la final a penaltis. El año siguiente fue todavía más complicado con el COVID con partidos aplazados y nos quedamos a las puertas de playoffs, a dos puntos creo. Ya en la siguiente temporada es cuando conseguimos ascender en Quart de Poblet y en Tercera logramos la salvación, mi primera temporada entera en esta categoría.
Luego yo ya tenía claro que había que salir de casa y en diciembre ya se lo comenté al director deportivo del Rayo Ibense. Recibí la llamada del Crevillente con mucha ilusión y presión porque todo el mundo decía que llegaba el míster del ascenso y yo les decía que llegaba el míster que ascendió, pero bueno al final lo hemos conseguido con trabajo
¿Cómo te defines de entrenador y quién es tu referente?
“Soy del Atlético de Madrid y mi referente obviamente es el Cholo Simeone. A mi me gusta ser un entrenador valiente, siempre me gusta jugar con 4-4-2 y con un dibujo muy definido que llevo llevándolo a cabo desde mi etapa de juveniles. Me gusta presionar en bloque alto, por lo que tenemos bien trabajada esa presión en 4-4-2. Si te tuviera que decir una virtud, y no quiero que suene como falta de humildad, te diría que soy persona antes que entrenador. Siempre intento ser honesto con el jugador y desde ahí ganarme su confianza y darle el mejor entorno para que rinda al 100%.
Has comentado al principio de la entrevista que trabajas en una fábrica. ¿Cómo compaginas tu trabajo con el puesto de entrenador en el Crevillente?
Acabo de ser padre y la familia ha crecido, así que antes solo era fútbol y trabajo y ahora es fútbol, trabajo y familia. Hay días que acabas hasta arriba pero bueno este año con la baja de paternidad he tenido muchas facilidades y lo he podido compaginar. Estoy intentando a ver si mi jefe me permite hacer jornada continua porque seguir trabajando hay que seguir. Para mi entrenar no es un trabajo pero obviamente te lleva mucho tiempo.
¿Cuál ha sido tu mejor momento?
“SI que es verdad que los dos ascensos son algo que yo siempre les he dicho a los jugadores que son momentos que tienen que vivir porque eso no se olvida en la vida. También conseguir la permanencia fue algo muy grande, también hacerlo en un escenario como el Martinez Valero contra el Ilicitano. Ese momento y el ascenso en Quart de Poblet siempre los recordaré. Luego el momento del minuto 90 en el Enrique Miralles en el que rompimos a llorar y ver en la grada a tus familiares, amigos, son momentos que te llevas para toda la vida.
La última, ¿un sueño por cumplir?
Mi sueño sería poder dedicarme a esto y no hablo de llegar a primera división, que lógicamente todo el mundo tiene metas altas, pero dedicarme a esto porque realmente es lo que me gusta.