Los errores propios condenaron a un submarino que jugó más de 75 minutos con diez y que dice prácticamente adiós a sus opciones europeas
El partido 400 de Marcelino García Toral como entrenador en la liga española era un encuentro vital para el submarino. La lucha por Europa se había convertido en Vila-real, jornada tras jornada, en un sueño. Un anhelo que en cuestión de 15 minutos en Balaídos se convirtió en una pesadilla con la expulsión de Comesaña. Unos errores que condenaron las aspiraciones europeas del submarino. Frustración. Un tiro en el pie en toda regla.
La jornada de los rivales del submarino en la clasificación estaba siendo impecable. Por ello, el Villarreal estaba obligado a salir a ganar en tierras gallegas. Y el partido no pudo arrancar mejor. Los de amarillo dominaban el balón y encontraron en las botas de Alberto Moreno un golazo que les permitió adelantarse a los 12 minutos de partido. Todo iba rodado.
Pero tan solo tres minutos más tarde, en lo que era una ocasión de gol para el Villarreal se convirtió en una fuerte entrada de Santi Comesaña. El césped resbaladizo de Balaidos no ayudó al gallego, que entró con excesiva fuerza y acabó clavando los tacos en la tibia del jugador del Celta. El VAR entró y expulsó al ‘5’. 75 minutos por delante con 10 jugadores. Una tortura.
Pero si ese error no había sido suficiente, cinco minutos después Baena cometía un penalti innecesario e infantil a Iago Aspas. Un agarrón cuando el de Moaña se iba en dirección opuesta a la portería. En cuestión de minutos todo se había torcido para los de Marcelino. El capitán del Celta no falló y empató el partido. Cuesta abajo y sin frenos.
El Villarreal intentaba mantener el balón y lo conseguía. Era dueño y señor del esférico, pero era el Celta quién llegaba a área amarilla con mucha facilidad. En una de esas, Jörgensen salvó un gol cantado de Larsen, pero el sueco no falló en la segunda. Un centro del canterano Gabriel llegó a la cabeza del ’18’ que no perdonó. 2-1.
En la segunda mitad, el guion era el mismo. El Villarreal dominaba, pero el Celta tenía las más claras. Hasta en dos ocasiones estrelló el balón en la madera. Pero a pesar de que el submarino estaba con diez, el que estaba más incómodo sobre el verde era el equipo local. Y entre Sørloth y Guedes lo aprovecharon. En un contragolpe, el noruego abrió a banda y Guedes reventó el balón dentro de la portería de Guaita. Trallazo imparable del portugués que significaba el empate a dos.
El gol amarillo, sorprendentemente, avivó al Celta. De no verlas venir a encerrar al submarino. Y, cómo no, el némesis del Villarreal, Iago Aspas metió un balón directo a la cabeza de Douvikas que no falló. 3-2. Estaba siendo uno de los partidos de la jornada en cuanto a frenetismo se refiere, pero de los más frustrantes de la temporada para los de Marcelino, que veían como se les escapaba la lucha hasta el final por Europa.
El Villarreal lo intentó, con un Sørloth que no marcó, pero que fue de los mejores del partido. La expulsión de Comesaña lastró al equipo y es que, una vez más, los errores propios volvieron a impulsar que el submarino se deje puntos. Balaídos se convirtió en frustración. Salvo milagro, el Villarreal no estará entre los siete primeros clasificados.
