Los británicos, con un sólo Mundial y ninguna Eurocopa, están lejos de tener tanto como pensaban al inicio del profesionalismo futbolístico. Grandes ilusiones y grandes batacazos.
Lejos queda ya el conseguido en 1966 en ‘su’ Mundial, con la final polémica contra Alemania, solventada en la prórroga, con el gol más ‘fantasma’ de la Historia, del ariete Hurst. En los primeros campeonatos del Mundo desde 1930, los ‘pross’ no acudían por considerar innecesario participar. Hasta que llegó la victoria de España y el gol de Zarra, más su ‘papelón’ contra USA en el Mundial de Río de 1950, que les puso en su lugar.
En el 70 estuvieron bien, pero a partir de ahí, hasta 1990 no volvieron a llegar hasta las ‘semis’, salvo un buen papel en 1986, con Lineker, en el que cayeron contra Maradona. En 1990 los eliminó el futuro campeón, los germanos de Lothar Matthäus, igual que en 1986 habían sido los albicelestes campeones después.
Naufragios
A partir de ese momento desastre tras desastre; pero la gran cantidad de aficionados que se desplazan con los ingleses siempre le otorgan un plus de favoritismo. No parece que lleguen en su mejor momento, pero siempre están en las quinielas y alguna vez saltará la liebre.
Argentina, Alemania y Portugal suelen eliminarle, siempre que juegan en cruces, además de la maldición que tienen en las tandas de penaltis.
Ahora con Hodgson en el banquillo esperan resurgir pensando en la Euro 2016.
