Después de haber perdido tres series de Copa Davis al hilo y luego de una crisis entre la RFET y los integrantes de la Armada, España volvió a ganar en la competición después de dos años. Nadal y Verdasco cerraron la eliminatoria en el dobles con 6-4, 3-6 7-6(4) y 6-4.
Luego de la crisis institucional que fue alejando a los mejores del ranking de la Selección Nacional de Tenis, la renuncia de Escañuela y Gala León descomprimió la situación. La llegada de una conciliadora como Conchita Martínez, una jugada inteligente para alejar las críticas por sexismo, favoreció la llegada de los más grandes.
Primero con Andújar, Robredo y Marc López ante Rusia. Luego con el regreso de Nadal y Ferrer, que no compartían equipo desde que ambos levantaran la ensaladera en 2011 ante Argentina en Sevilla. Se necesitó el regreso de los top ten para volver a ganar una serie.
El primer día Nadal se impuso 6-4, 6-3 y 6-2 a Mikael Torpegaard con dificultad en una pista venensoa y traicionera. A continuación David Ferrer venció a Frederik Nielsen por 6-1, 7-5 y 6-2 en un partido más desigual.
Aún redondeando un viernes perfecto desde el marcador, sin un set perdido, Conchita no se quiso fiar. Y con la serie ante Rusia todavía presente – en donde el dobles fue el punto de inflexión para los rusos- la capitana le cedió la responsabilidad a Nadal y Verdasco, quienes se perfilan para disputar la categoría de dobles en Rio 2016. 6-4, 3-6 7-6(4) y 6-4, en un partido más cerrado de lo que se aguardaba.
Pero se requería que volvieran lo más grandes para que la Armada vuelva a ganar una serie desde septiembre del 2013, cuando se mantuvo la categoría del grupo Mundial en la Caja Mágica de Madrid ante Ucrania. Se requería que volvieran los más grandes para que España vuelva a ser grande y romper el maleficio. De una buena vez por todas.