Apenas quedaban dos minutos de partido cuando de repente empezó a llover en Mestalla. En ese mismo instante, miles de personas, nos resguardamos de la lluvia como pudimos y esperamos ansiosos el pitido final de Iglesias Villanueva. Ese pitido final iba a dar los tres puntos al Valencia. Era una victoria necesaria, vital, un triunfo para que siguiera existiendo una mínima esperanza en esta temporada y en este proyecto.
Nada más se puso a llover pensé que, al menos, me estaba mojando por ver ganar al Valencia un partido, cosa que no hace en liga desde hace casi dos meses (16 octubre 1-2 contra el Sporting). Pero no. El gol de Fornals en el último minuto del descuento certificó que el Valencia sigue en el pozo. Otra vez en el descuento, sí. Y es que el Valencia es el equipo que ha perdido más puntos en esta liga con goles en el tiempo añadido en las segundas partes.
Si ayer el equipo hubiera conseguido sacar los tres puntos estaríamos felices ya que por fin los de Prandelli están levantando cabeza. Pero sería una felicidad más bien hipócrita. El Valencia hizo una segunda parte desesperante y el empate final fue bastante justo si analizamos en líneas generales el encuentro. Pero… ¿Y qué? Da igual, eran tres puntos muy necesarios y como se suele decir habitualmente, el fútbol muchas veces no es justo. El aficionado de Mestalla iba a salir medianamente contento de ver al fin como con esa victoria el Valencia se alejaba, aunque solo un poco, de los puestos de descenso.
Indiferencia en la afición
Fue oír el pitido final y una parte de Mestalla empezó a silbar al equipo. Los silbidos no duraron más de 15 segundos y no se vio ni un solo pañuelo blanco reclamando soluciones inmediatas. La mala racha de resultados no solo en esta temporada, sino también en las anteriores, ha hecho que la afición se canse y pierda la esperanza en este proyecto. Lo peor de todo esto es que la noticia es ahora mismo que el Valencia gane un partido, cuando debería ser todo lo contrario.
Y un detalle importante es a quién le hubiéramos sacado el pañuelo ayer. Los palcos de Meriton estaban ‘vacíos y con las luces apagadas’. El máximo responsable de este problema sigue sin aparecer por Mestalla en un momento de crisis que cada vez se hace más indiferente para la afición.
CN10 y Mestalla
Por si no teníamos suficiente con lo que estábamos viendo sobre el terreno de juego, a algunos miembros de CN10 no se les ocurre mejor idea de iniciar cánticos que solo beneficiaban en ese momento a la propia grada de animación. Al final del primer tiempo y durante el descanso una parte de Curva Nord pronunció algunos cánticos que tenían como objetivo la solución al problema entre el club y la propia grada. Parte de la afición de Mestalla contestó con pitos. Y es que lo que necesitaba el equipo en ese preciso instante era escuchar rugir al estadio como en las grandes ocasiones. Sucedió todo lo contrario.