El partido de la Selección en Inglaterra fue caótico, pero acabó bien. Contra los pross en Wembley se sabe a lo que van a jugar , por lo que la propuesta de Lopetegui con una línea de tres defensas y Carvajal, por su parte, más adelantado, fue demasiado arriesgada y propició la presión muy alta de los británicos.
Velocidad de balón, ritmo vertiginoso, poderío aéreo, entradas fuertes, nobleza, bravura, entrega, intensidad y tensión, son palabras que aparecen cuando se trata de ponderar a un conjunto como el inglés en su mítico santuario. Venían de vencer en su particular derbi isleño a los escoceses con tres testarazos brutales de Sturridge, Lallana y Cahill, así que era un buen momento para medirse a los de Southgate. Pero España decepcionó de inicio y el gol de penalti puso más fácil. El choque fue más traumático de lo que se esperaba y con el segundo tanto, esta vez del delantero del Leicester Vardy, más un posterior paradón de Reina, la cosa se complicaba.
Aspas e Isco, claves
El gallego del Celta de Vigo imprimió un cambio total a la dinámica del encuentro cuando salió y revolucionó un mal partido hasta ese momento de los españoles. Su golazo coronó un grandioso choque del ex de Liverpool y Sevilla y demostró que en una convocatoria para una fase final tiene sitio porque dota de nervio a un equipo que en un momento dado puede estar apagado.
Y, por su lado, Isco debió ser titular porque era el choque ideal para el andaluz. Los minutos que jugó hizo que ‘La Roja’ recuperara su color, culminando su gran despliegue con el también golazo que ponía las tablas y demostraba que, calidad, toda la del mundo en este seleccionado, sólo falta que Lopetegui no invente.