El deporte del BMX fue admitido en unos Juegos Olímpicos hace dos ediciones. Se consideró olímpico en 2008, coincidiendo con los Juegos de Pekín. Se trata de una variante acrobática del ciclismo, considerada como deporte extremo.
El BMX (Bicycle Motocross) es originario de California. En 1969, debido a la afición de los jóvenes para imitar a sus ídolos del motocross con sus bicicletas, se empezaron a fabricar este tipo de bicis con un perfil similar al de una moto. Nueve años después de introdujo esta modalidad en Europa, y tal fue su crecimiento que en 1982 se organizó el primer campeonato del mundo. A pesar de llevar poco tiempo dentro del panorama olímpico, el BMX se ha hecho muy famoso gracias a competiciones de deportes extremos como los X Games.
Dentro del BMX existen dos modalidades totalmente distintas, el Freestyle y el Race. Ésta última es la que está reconocida en las Olimpiadas. Se disputa una carrera sobre un terreno de tierra compacta de unos 400 metros que contiene una serie de elevaciones, obligando a los riders a mantener el máximo control sobre la bicicleta.
Se realizan 3 rondas hasta llegar a la final, donde 8 participantes se disputan la medalla. En total compiten 32 deportistas en modalidad masculina y 16 en femenina. Por encima de los demás destaca el letón Maris Stromberg, ganador de las dos medallas disputadas en Pekín 2008 y Londres 2012.
Para esta especialidad se requiere una bicicleta diferente a las que estamos acostumbrados a ver. Su tamaño es inferior y contiene un manillar que simula el de una motocicleta. Los deportistas utilizan las respectivas protecciones que lleva todo ciclista: casco integral, guantes…
