El Villarreal tiene cerradas tanto la defensa como la delantera para la próxima temporada con las llegadas de Layún, Funes Mori, Gerard Moreno y Toko Ekambi, pero el centro del campo sigue con el vacío de Rodrigo y la duda de Bruno.
Con muchos frentes abiertos se abrió el mercado para el submarino. Empezando desde atrás, la situación de Semedo y la salida de Rukavina hacia el Astaná se cubrieron con Ramiro Funes Mori y la última incorporación, el mexicano Miguel Layún.
Delante, la exigente sustitución de Bakambu -mal compensada con Roger Martínez-, el regreso de Bacca al Milan y la marcha del propio Roger hacia México, fueron subvertidas con la vuelta a la casa de Gerard Moreno y el fichaje de un viejo amigo de Bakagoal, Karl Toko Ekambi.
Pero donde no ha habido hasta ahora movimientos, ha sido en el medio del campo. Secreto a voces desde navidad, la salida hacia el Atlético de Madrid de Rodrigo dejaba huérfano un hueco más que importante en la medular. Convertido en un pilar tras la baja de Bruno Soriano, Rodrigo fue el escudero perfecto para Trigueros, el jugador más creativo del conjunto, pero que se planta al inicio de la pretemporada sin un escudero.
Se espera por fin el regreso de Bruno y junto al veterano Javi Fuego, quién cuajó una buena media campaña en el submarino, puedan cubrir con las mínimas garantías la baja de Rodrigo. Pero lo cierto es que ambos son jugadores con una cierta edad y es necesaria sangre nueva para mantener el nivel en las tres competiciones. Además, Manu Trigueros no tiene un relevo natural dentro de la plantilla, por lo que cuando no está sobre el terreno de juego, el equipo tiene más dificultades para crear.
Si bien es cierto que en ese aspecto tanto Fornals como Raba son jugadores eléctricos con visión, su posición natural es más adelantada que la del propio Trigueros y habitualmente Calleja les ha utilizado como media puntas o interiores.
Queda mucho todavía por escribirse en este mercado estival y un mes para que arranque la temporada oficial, pero los equipos se apresuran por cerrar lo antes posible sus plantillas y sin duda, la medular es el deber pendiente para la secretaría técnica del Villarreal.