Valencia Basket puede conseguir un hito nunca antes conseguido en sus tres décadas de historia, levantar un título de la ACB. Si esta noche superan al Real Madrid en la Fonteta, los sueños se harán realidad
¿Quién se iba a imaginar a principio de año poder estar a solo un partido de ganar la ACB? Prácticamente nadie, es posible que ni el propio Pedro Martínez ni los jugadores se lo plantearan en su tiempo. Pero las temporadas son largas y el trabajo bien hecho siempre tiene su consecuencia. Etiquetar en buenas o malas temporadas en base a títulos conseguidos, normalmente es un acierto, pero en este caso es un error. Con el quinto presupuesto de la categoría llegar a tres finales no es casualidad, sino causalidad. Una cosa es ganarlas, pero el hecho de poder disputarlas es un mérito que muchas veces no está recompensado.
Las sensaciones amargas dejadas por la Eurocup y la Copa del Rey están a un paso de ser olvidadas, han dejado de ser una losa para convertirse en una motivación. La Fonteta está preparada y los jugadores también. Desde la finalización del tercer partido, Pierre Oriola dijo que no habían hecho nada, que aún quedaba un partido. La línea maestra, aprendida a base de decepciones, está bien clara en la mente de los jugadores. Es un partido más, y hay que ganarlo no se tiene que pensar en el título. Para expresarlo en palabras, San Emeterio afirma que «Lo que tenemos que hacer es lo que venimos haciendo todo el Playoff: pensar en el siguiente partido. Con 2-1, jugando en casa, tenemos esa posibilidad y eso es en lo que estamos pensando. Centrarnos en lo que es el partido y no en lo que le rodea».
Guillem Vives sigue siendo el principal foco de las posibles ausencias. El base que hoy cumple 24 años, jugará como lo ha hecho hasta ahora, pero se resintió mucho de su esguince en el tercer partido, de hecho no pudo disputar el último cuarto. El catalán tuvo un papel clave con su 3/3 desde el triple en el transcurso del duelo.
La afición está de nuevo esperanzada y con más ganas que nunca. Tal y como ocurriera en el tercer encuentro se colgó el cartel «no hay billetes». Las más de 8.500 personas que se darán cita en el pabellón valenciano se convertirán en el sexto hombre para empujar a su equipo a conseguir la victoria.