El Valencia CF hacía oficial en el día de ayer la contratación de Mateu Alemany como nuevo director general de la institución. “Un hombre de fútbol”. Esta ha sido la definición más escuchada del balear desde su llegada a la capital del Turia. No cabe duda de que al nuevo director general le avala su currículum para ocupar este cargo y desarrollarlo con solvencia. Pero… ¿le dejarán trabajar libremente?, ¿será un títere más de Meriton?
Estas dos preguntas son las que se hace a día de hoy todo el valencianismo. Y no es de extrañar, solo hay que echar la vista atrás para comprobar el circo en el que se ha convertido el Valencia a la hora de nombrar nuevos dirigentes. Lo cierto es que la rueda de prensa de ayer de Mateu Alemany fue más esperanzadora que otras (Anil Murthy o García Pitarch) o esa es la impresión que me dio a mí. Reconoció en todo momento que las decisiones se toman conjuntamente. “Cuando tomo una decisión la toma el club” dijo. Muy natural y con la verdad por delante. Dejando frases que dotaban al nuevo director general de una gran notoriedad y respeto tanto por parte del resto de trabajadores del club como también de la misma afición, mostrando su apoyo a solucionar cuanto antes el problema con la Curva Nord.
A partir de ahora existe la figura de un director general. Por tanto habrá que ver en que escalón del organigrama queda situado Mateu Alemany. Estará por debajo de Lay Hoon, eso está claro. Pero lo lógico es que tenga más galones que Alesanco. Esto tiene que quedar claro desde ya porque a la hora de tomar decisiones deportivas es necesario saber quién tiene la última palabra. Y por mucho que Alemany dijera ayer en rueda de prensa que no es momento para pensar en el próximo entrenador, no debe de dejarse mucha más margen de tiempo para empezar a confeccionar a plantilla de la próxima temporada. Y para ello urge saber quién será el técnico del primer equipo.
Peter Lim apuesta por una figura con experiencia y consolidad en el mundo de la dirección futbolística. Fue presidente del Mallorca y candidato firme a la presidencia de la RFEF. Mateu Alemany es un referente en este ámbito. El máximo accionista del Valencia quiere dar una imagen serie. Quiere que la gente vea que se quiere tomar este proyecto en serio. Y es una forma también de reconocer sus errores ya que le cede su poder a otra persona porque él se ve incapacitado para seguir conduciendo la institución. Por tanto la figura de Mateu Alemany tiene la función de organizador, de representante y portavoz del club.
Ahora queda por ver hasta dónde tendrá poder de decisión el balear. ¿Será un títere más de Meriton?
