Muñiz no buscó excusas para templar la derrota del Levante en el Coliseum Alfonso Pérez. “Nosotros teníamos la posesión, pero las ocasiones eran de ellos”, advirtió a modo de prólogo.
“Se puso el marcador muy pronto en contra y eso te condiciona”, resaltó echando la vista atrás para recorrer el relato de una confrontación marcada por la diana de Molina en la claridad de la confrontación. A juicio del preparador, ese aspecto fue casi definitivo porque acentuó las características de su adversario: un equipo que se siente poderoso a la contra y con espacios vacíos por los que proyectarse.
“Sobre todo favorece el peligro que tienen ellos con sus cuatro delanteros. Se van dos a cero al descanso y la segunda parte estuvo muy condicionada por ese resultado”, lanzó. El técnico no escatimó elogios para ensalzar a su oponente.
“Sabíamos que era un campo difícil, con un equipo que juega muy bien al fútbol y que tiene puntos fuertes importantes. Veníamos con ganas y lo intentamos. Tuvimos alguna ocasión. Pero nos hicieron daño en las transiciones. Han hecho un buen partido y nos han hecho no jugar tan cómodos como en otras ocasiones”, manifestó.
Muñiz descartó que el colectivo cayera en Getafe preso de ese estado de bienestar que provoca la clasificación. “El rival no nos ha superado porque tengamos confianza y relajación por el colchón de puntos. La importancia del colchón se verá cuando hayamos logrado el objetivo. Mientras vamos a pensar en el siguiente partido. El equipo está mentalizado y sabe que quedan veintisiete puntos en juego. El equipo debe trabajar para que nuestro aficionado se sienta orgulloso”.
En ese sentido, priorizó la atención en el próximo partido ante el Reus y en el tiempo más presente. “Vamos a pensar en el siguiente encuentro. Hay tres puntos más en juego y hay que sumar. Y no vamos más allá. Muchas veces pensamos más en el largo plazo que en el corto y eso en el fútbol te penaliza”.
