El uruguayo del Barcelona es de los mejores delanteros del mundo. El charrúa es letal en las inmediaciones del área rival y ha marcado goles durante toda su trayectoria.
Desde que vino a Europa a la liga holandesa, procedente del Nacional de Montevideo, demostró que servía y mucho para el ritmo continental. Primero recaló en el modesto Groningen de los Países Bajos y rápidamente marchó al Ajax de Amsterdam. En los ajaccied rondó en una temporada los 50 goles y para la siguiente ya tenía puesto el ojo de los reds. En el Liverpool fue de menos a más y comenzó su trayectoria más polémica, aderezada con lo que le ocurría con la selección celeste.
Temas de declaraciones, polémicas con otros jugadores, mordiscos, el gol salvado con la mano en el Mundial… hasta su llegada al Barcelona con sanción incluida. Siempre en líos pero como delantero, único.
En la pasada campaña fue clave para que el Barcelona alcanzase su Quinta Copa de Europa. Los problemas con el delantero centro en la era Messi han sido recurrentes. Ibra, Villa… parece que ninguno terminaba de convencer al astro argentino, porque le podía quitar presencia cerca del gol. La solución ha sido rodearle de jugadores extraordinarios, como sin duda eran y son el sueco y el asturiano, pero de origen más parecido al sudamericano y con los que podía hacer mejores migas. El rendimiento fue inmediato, y aunque su debut en el Santiago Bernabéu, tras su sanción, se saldó con derrota, rápidamente se vio que era la pieza que faltaba. Voracidad.
Un auténtico crack del fútbol, letal frente al portero rival y en un ramillete de delanteros que se cuentan con los dedos de una mano: Ibra, Lewandowski, Benzemá, Kane…