El “Pocho” Ezequiel Lavezzi es la entrega de nuestro nuevo perfil del Especial UEFA. Conocido por sus tatuajes, sus particulares festejos y su admirable capacidad de gol, el delantero del Nápoles es la amenaza del Villarreal, su próximo rival de Europa.
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Matías L. Sartori | NOSTRESPORT.COM
Mucho se puede decir de un goleador procedente del suelo argentino y con sangre criolla. Un jugador con todos los ingredientes necesarios para cualquier equipo. Eficaz, rápido, astuto, con carácter y olfato goleador. Un artillero completo. A la napolitana.
La provincia de Santa Fe fue la que lo vio nacer en el otoño argentino del año 85. Fanático de Rosario Central, el emblemático equipo rosarino y rival eterno de Newell`s Old Boys. Con 17 años comenzaron sus pasos profesionales en el ambiente futbolístico en la capital bonaerense cuando Estudiantes de Buenos Aires le abrió las puertas a una perla criolla.
Curiosamente, Italia –actual país donde juega- iba a ser la protagonista de sus comienzos como de su presente en el Nápoles. Con tan solo 19 años, luego de haber saboreado el balón dos años en su primer club, Lavezzi despierta el interés del Genoa santafesino que lo cede una temporada a San Lorenzo, la entidad de Boedo que pronto sería “el club de sus amores”.
San Lorenzo, el club de sus amores
Su paso por el club azulgrana se inició en 2004 donde adquirió una experiencia admirable cobijada por una inigualable y eufórica hinchada que fue testigo del formidable desempeño del “Pocho” en cada encuentro que pisaba el rectángulo verde del conocido “Nuevo Gasómetro”, estadio de San Lorenzo de Almagro. Lavezzi finalizó su carrera en Boedo en el 2007 cuando es traspasado al SSC Napoli y conquistando el Torneo Clausura de la mano de su entrenador Ramón Díaz. Así, Lavezzi se despedía de la mejor forma del club que lo vio crecer durante más de tres años.
En el Nápoles su fama futbolística continuó en auge. Sus goles también lograron seducir a su afición napolitana siendo comparado con el mitológico Diego Armando Maradona, una legenda histórica en el club italiano.
Festejos, tatuajes y polémicas
Su popularidad en el fútbol napolitano creció de la mano de otros factores que potenciaron su nombre en todo el país y en todo el contexto del fútbol global. En primer lugar, los festejos de Lavezzi ya eran una costumbre en Argentina y promovió sus celebraciones en su nuevo club. El delantero ya había protagonizado festejos “disparando” a policías o incluso tirándose de cabeza ante los anuncios de publicidad. En el Nápoles “rindió homenaje” a Maradona con un festejo de “palomita” imitando al Diego como entrenador albiceleste en el agónico gol de Palermo ante Perú que le dio el pase mundialista a Argentina y, conjuntamente, ratificó su dedicatoria con un conocido salto de Maradona en su etapa como jugador, con el puño derecho hacia el cielo. También es reconocido por su cercanía a la afición napolitana con quien sostiene un gran vínculo.
Si bien, el “Pocho” ya era conocido por su variedad y cantidad de tatuajes que relucía en su cuerpo, el delantero del Nápoles encendió la mecha que dinamitó una polémica donde el fútbol, los tatuajes y una investigación criminal tomaron cartas en el asunto.
La incógnita de los tatuajes
Vincenzo Russo y Gianluca Ciminiello eran dos tatuadores muy conocidos que alimentaban una inmensa rivalidad entre ambos. Según la hipótesis policial, Russo se había indignado por unas críticas imprudentes echas por Ciminiello, vía Facebook, en una foto en la que éste y Lavezzi estaban juntos. Se sabía que Lavezzi seguía su costumbre de hacerse tatuajes, en este caso con Cimiello, algo que alimentaría la llama de una enemistad que finalizaría con el crimen del tatuador de Lavezzi. Russo, acusado de haber encabezado el asesinato y sospechoso por pertenecer a la mafia Amato-Pagano, ha sido el punto de mira de una presunta “vendetta napolitana”.
Por su desempeño futbolístico, su capacidad en el área, sus insólitos festejos, sus más de 20 tatuajes impregnados en su piel y su perfil de persona y de jugador, Lavezzi se convierte en un jugador completo que conserva todos los ingredientes para condimentar un equipo que sigue dando pelea en la Serie A y continúa alimentando de fútbol a los tifosis del Napoli. Por todo esto, el “Pocho” es, indudablemente, un artillero “a la napolitana”.
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