Ayer se dio el episodio más extraño visto en Mestalla por parte de una afición que no deja de sorprender. Las debacles del club y sus reiteradas muestras de desapego al Valencia CF han despertado una afición que, como bien cantaba ayer, está “hasta los huevos”. El valencianismo ha vivido en estos últimos meses un cúmulo de decepciones por parte de la directiva y de la relación de estos con el equipo técnico y plantilla. Hemos sabido del repartimiento de entradas desproporcionado que se hizo para la final de las manos de Anil Murthy. Además, la relación de este con Bordalás coge tintes de Marcelino, el primer entrenador que enamoró Mestalla desde la época Meriton. La gente ya no aguanta más estas gestiones y estas formas de negocio tan frías y poco empáticas, ni que hablar falta del coliseo en ruinas que plantaron en las Cortes Valencianas.
Aún así, los cantos contra esta gestión no eran abundantes ni constantes en cada partido, invitaciones a Anil para salir de Mestalla. Pero fuera tiene peligro. Superdeporte lanzaba a la luz una serie de audios recogidos en una reunión de empresarios en los que Anil Murthy habla con menos cortesía de la que nos tiene acostumbrado. El representante de Lim en Valencia habló a sus anchas sobre su “senil” jefe, sobre la afición y sobre los jugadores y la prensa. Todo un pupurri de burlas y muestras de poder y superioridad, además de alguna amenaza por ahí. La broma debía acabar.
Habiendo una manifestación concretada antes de la salida de los audios, esta pilló aún más fuerza con las palabras de Anil correteando por los medios. Sin embargo, la gravedad requería de más repercusión. Las opciones eran ir a Mestalla para no entrar y permanecer en un recibimiento constante manifestando nuestros deseos de que acabe la gestión Meriton, que Lim se fuese a casa, y que el Valencia vuelva a ser un club grande. Ninguna de las tres parece viable, aunque la esperanza no se pierde.
La manifestación empezó a las 17.00 horas en los albores del estadio. El partido era media hora después. El Celta se llevó una imagen muy extraña entre nuestras gradas: un vacío absoluto. Desde Tribuna, donde los asientos se cubrían de invitaciones de Anil, se veía la fantasiosa panorámica de un estadio vacío. Se podía ver el murciélago de la grada de enfrente y hasta las letras que conformaran entre uno diez asientos. Lo nunca visto. No era un tifo, eran los mosaicos que hacían los colores de los asientos que se veían con total claridad por la falta de bulto y de gente. Toda la gente estaba al otro lado del muro, en la avenida Francia, donde se jugó el verdadero partido.
Debastados por la situación, los aficionados se congregaron formando una masa compacta y estimable. Cantos y denuncias contra los directivos, amenazas de invasión y un ambiente de valencianismo puro y duro. Antes del comienzo se formó el máximo tumulto de la tarde, que dejo imágenes preciosas como la que publicó Superdeporte en video. El equipo de Nostresport realizó una cobertura a través de Twitter con contenido audiovisual para mostrar lo que fue este encuentro. Gritamos fieramente y, aunque muchos aficionados optaron por luchar desde casa, el objetivo de un Mestalla vacío fue alcanzado. La felicidad inundaba los albores, que comenzaron a vaciarse a eso de las ocho y media, una hora después de acabar el partido. Sin duda, la masa daba miedo. A grito de ¡Invasión! ¡Invasión! Los aficionados se agolpaban y gritaban mientras la unidad policial se preparaba para la posible estampida hacia la única puerta de todo el estadio: la de tribuna.
Por suerte, todo quedó en una amenaza y se pudo proferir a hacer los cantos y las quejas necesarias para que la gente y los medios entendieran cuales eran las razones de nuestras incesantes palabras, pancartas y gestos contra la directiva. Estamos cansados y queremos que esto cambie, lo necesitamos. Ayer fue el inicio de una gran guerra que no acaba aquí. Debemos permanecer con este ideal de Mestalla vacío más tiempo para pode influir en el negocio y llamar la atención de los que destruyen el club. Pero esta afición es muy volátil, no se sabe que ocurrirá de cara a este verano y la temporada que viene. Si algo le perjudica a Lim, es la no asistencia y la no compra de entradas y abonos, que generará inflación, más descontento y, por fin, un crack en las ideas del de Singapur.
Debemos ser fuertes y seguir luchando, nuestro partido no acaba aquí. ¡Todos al bulto!