El delantero brasileño del Levante ya llega a los 7 tantos en Liga. Se está convirtiendo en un ídolo para la afición y su sociedad con Rossi parece que va a dar muchas tardes de gloria al club granota.
Todas las anotaciones han sido en el área. Eso sí, hay un ‘pero’. Y es que lleva casi tantas tarjetas amarillas como goles: 6. Que además han provocado en dos oportunidades que abandonara el verde antes de tiempo. Esto ocasiona que en casi una decena de choques haya tenido que ser sustituido ante el peligro de verse en inferioridad numérica.
El propio Rubi ha reconocido en varias ocasiones que quiere atarle en corto, porque con esas actitudes, producto de la emoción del encuentro, perjudica al equipo. En la jugada puntual de Xumetra con Varas, el meta vio la tarjeta, pero en la pelea subsiguiente, el sudamericano también recibió idéntico castigo, por lo que una acción positiva para el grupo, a la larga fue equilibrada. Morales se lo recriminó y tuvieron un cambio de impresiones.
Además en varias oportunidades Quique Setién le amonestó verbalmente diciéndole que no perdiera tiempo. Los árbitros le tienen cogida la medida y les hace estar pendientes del ariete brasileño, provocando más negatividad que otra cosa en la toma de decisiones disciplinarias. Esto provoca que siendo delantero haya cometido un número de faltas (casi 30) muy cercano al recibido (41).