Hace apenas unos días comentábamos en el balance anual del Levante que el 2019 no había sido un año apto para cardiacos. Pues bien, parece que el 2020 nos traerá más de lo mismo. Los granotas lograron un muy sufrido pase a dieciseisavos de la Copa del Rey frente al Real Jaén en un partido que, tras el 1-1 al final de la prórroga, se decidió en la tanda de penaltis.
Sin duda un partido que será recordado para el resto de la temporada. Todo parecía comenzar ya con mal pie debido a la lesión de Oier en el minuto 20, y aunque Sergio León anotó el primero de la tarde a centro de Hernani cumplida la primera media hora del encuentro, Vukcevic fue expulsado de la manera más incomprensible justo antes del descanso y dejó a su equipo totalmente vendido. A partir de entonces, los locales creyeron en sus posibilidades y se lanzaron a por la remontada.
No era un rival ni mucho menos sencillo, que pese a disputar actualmente la Tercera División ya logró tumbar al Deportivo Alavés en la ronda previa. Los de Paco López, con un hombre menos, replegaron posiciones y supieron aguantar la posesión en determinados tramos del choque, pero poco a poco el Jaén iba ganando terreno y en el minuto 82 Melero cometió penalti. Salvó Aitor en primera instancia, pero Miguel Martín recogió el rechace de la pena máxima que él mismo erró para firmar las tablas.
Se volvía loca la afición jinense y con razón. Lo tenían todo de cara para eliminar a otro Primera en cosa de un mes. Más aún cuando, ya en la prórroga, el Levante se quedaba con nueve futbolistas por doble amarilla para Cabaco. Lo probaron de todas las formas y alguna que otra mano tuvo que sacar el meta granota para evitar el desastre, pero el marcador no se movió y la lotería de los penaltis era una realidad al término de los 120 minutos reglamentarios.
Los cuatro primeros lanzamientos, por parte de ambos conjuntos, acabaron dentro de la red. Finalmente, Aitor adivinó las intenciones de Juanca y Coke anotó desde los once metros para clasificar a los suyos. Termina así un partido en el que el Jaén muere de pie y el Levante, pese a la victoria, deberá tomar nota si no quiere que el resto de la temporada se convierta en una película de terror.