El Valencia gana al Levante por la mínima (1-0) en un derbi que fue de todo menos amisotoso.
Valencia y Levante disputaron un apasionante derbi que no tuvo nada de amistoso. Ambos equipos venían de disputar tres partidos de pretemporada irregulares, con muchos aspectos a matizar y conceptos a pulir de cara a la próxima temporada. La prueba entre los dos conjuntos de la ciudad sirvió para experimentar, analizar y observar las sensaciones más puras en lo que llevan de preparación veraniega.
Los primeros compases del partido estuvieron marcados por la presión alta del Valencia, gran baluarte táctico desde que llegó Bordalás, y las buenas transiciones de los locales. El Levante no supo hacer frente al dominio local y sufrió con las llegadas por banda de sus rivales. Primero avisó Maxi en el 3’ con un disparo desviado a la derecha de la puerta de Cárdenas, y después Jesús Vázquez no conecto un buen tiro tras una gran jugada por la banda en el 8’. Parecía que el asedio che podría materializarse en el marcador, pero la falta de finalización y los desbarajustes en el centro del campo provocaron que el Levante profundizara más en campo rival mediante un juego más directo.
Tras dos jugadas a balón parado erradas, Soldado pudo romper las tablas con un disparo potente que repelió Giorgi en el 15’. El partido comenzaba a abrirse cuando la tensión propia de un derbi apareció en escena en forma de rifirrafe entre Soldado y el joven Burlamaqui. Antes del ‘cooling break’ pudo adelantarse el Valencia mediante un latigazo desde fuera del área de Maxi que acabó en el travesaño. Tras el parón, el dominio valencianista volvió a ser protagonista y, al borde del descanso, Guedes y el propio Maxi volvieron a perdonar el gol después de no acabar bien dos incorporaciones hasta línea de fondo de Jason.
Con la reanudación del encuentro, los mismos planteamientos se plasmaron en ambos conjuntos: el Valencia intentaba dominar la posesión y jugar por la banda derecha, mientras que el Levante, con la frescura de Malsa y Morales recién entrados, lo apostaba todo al juego directo y la profundidad de sus delanteros. Conforme pasaban los minutos el partido iba cobrando más tensión, hasta que todo estalló en un polémico choque por un balón en el centro del campo entre Burlamaqui y Malsa que se resolvió con la expulsión del jugador granota.
El tiempo corría y las ocasiones brillaban por su ausencia. Con la entrada de Gabriel en el 63’ el Valencia tenía en el verde un boceto de lo que podría ser el once titular para el primer choque liguero, pero esto no se reflejó en el desenlace del encuentro. No fue hasta la entrada de Vallejo, Sobrino y Cheryschev, que el Valencia abrió la lata. Alderete cabeceaba a la red un perfecto centro de Gayà botado a balón parado que nada pudo hacer Cárdenas. El Levante no se durmió con el 1-0 y continuó buscando el empate con entradas por las bandas y pases al espacio, pero no consiguieron materializarlo en ocasiones.
Los diez últimos minutos destacaron por los ataques frustrados de los visitantes y el buen rendimiento de los canteranos valencianistas, que aguantaron de manera excelente el marcador. La frustración del Levante se vio reflejada en la segunda expulsión de otro de sus jugadores, esta vez Vezo, que se encontraba en el banquillo, tras protestarle al árbitro una falta al borde de la conclusión. Al final, el Valencia se lleva un derbi que ha tenido todos los ingredientes de un partido oficial.