El Villarreal tendrá que jugarse en Atenas su pase a cuartos de final de la Liga de Campeones tras empatar a uno en El Madrigal. Los amarillos, pese a ser muy superiores al Panathinaikos, no supieron aprovechar sus ocasiones y fue el conjunto griego el que se avanzó al inicio del segundo tiempo con un potente disparo de Karagounis, que se coló por la escuadra. Rossi empató de penalti y el pase se decidirá el 10 de marzo.
Adrián Casabó. Vila-real | NOSTRESPORT.COM
El Villarreal tendrá que jugarse en Atenas su pase a cuartos de final de la Liga de Campeones tras empatar a uno en El Madrigal. Los amarillos, pese a ser muy superiores al Panathinaikos, no supieron aprovechar sus ocasiones y fue el conjunto griego el que se avanzó al inicio del segundo tiempo con un potente disparo de Karagounis, que se coló por la escuadra. Rossi empató de penalti y el pase se decidirá el 10 de marzo.
El Villarreal demostró todo su potencial en el primer tiempo, aunque pecó del peor defecto: la falta de acierto. El conjunto de Manuel Pellegrini, que apostó por Eguren junto a Senna y dejó a Cani en el banquillo, fue muy superior al equipo griego, aunque se topó una y otra vez con el meta visitante Galinovic. Ibagaza, que completó una buena actuación, desequilibró en el frente de ataque y estuvo muy cerca de conseguir el primero, pero su remate se fue desviado.
La ocasión más clara para el “submarino” llegó a la media hora de juego. Un gran contragolpe conducido por Ibagaza terminó en las botas de Rossi, pero el italiano –sólo ante Galinovic- no acertó a rematar y estrelló el balón sobre el cuerpo del meta visitante. A una nueva oportunidad de Ibagaza, que se fue por poco, le siguió el susto de la noche para la grada de El Madrigal. Un despiste de Diego López, que se metió en su portería con el balón en las manos, enmudeció a los seguidores amarillos, pero ni el árbitro ni el asistente hicieron caso a las protestas de los jugadores de Ten Cate.
El Villarreal volvió a dar muestras de su recuperación y ofreció un muy elaborado, alegre y de mucho toque que contrastaba con la intención del Panathinaikos, que buscaba ablandar el partido imprimiendo lentitud al juego. Tan sólo faltaba el tanto que recompensara las ocasiones de los de La Plana, pero sin emabrgo, fue el PAO el que se avanzó en el marcador tras el descanso. Karagounis recibió un balón en la frontal y remató por la escuadra de Diego López, que llegó a tocar el balón pero no pudo evitar el tanto griego. El tanto cayó como un auténtico jarro de agua fría en las gradas de El Madrigal, que veía como su equipo, injustamente, iba por detrás en el marcador.
Pellegrini decidió echar el resto en busca de la igualada y dio entrada a Nihat y Priès. Precisamente, fue el francés el que protagonizó la acción clave del choque. Wawrzyniak cometió penalti sobre francés con una falta desde el suelo y Rossi sentenció desde los once metros. Los minutos fueron pasando, el desgaste y un agresivo juego del conjunto griego ante un árbitro permisivo hicieron mella en los de Pellegrini, que no pudieron anotar el segundo. De esta forma, el Villarreal deberá remontar en la vuelta que será en el Estadio Olímpico de Atenas. Los amarillos están obligados a marcar en el “infierno” de Atenas si quieren estar entre los ocho mejores equipos de Europa.
Los datos del partido:
Villarreal CF: Diego López; Ángel, Fuentes, Godín, Bruno; Senna, Eguren (Nihat, min. 60), Ibagaza (Cani, min. 69), Cazorla; Rossi y Llorente (Pirès, min. 61).
Panathinaikos: Galinovic, Goumas (Gabriel, min. 46), Vintra, Sarriegi; Wawrzyniak, Simao, Gilberto Silva, Nilsson; Karagounis (Salpingidis, min. 85), Spiroulos y Mantzios (Rukavina, min. 90).
Goles:
0-1, min.59: Karagounis;
1-1, min.66: Rossi (de penalti).
Árbitro: Konrad Plautz (austriaco). Amonestó a los amarillos Senna y Ángel; y a los griegos Goumas y Gilberto Silva
Estadio: El Madrigal, 25.000 espectadores. Casi 3.000 seguidores helenos llenaron el anfiteatro destinado a la grada visitante.