La primera jornada del Europeo de Graz fue perfecta. Por la mañana del domingo, España se deshacía de Estonia con un resultado contundente (21-12) y con las cuatro jugadoras (Sandra Ygueravide, Marta Canella, Vega Gimeno y Aitana Cuevas) aportando en ataque. El primer objetivo estaba hecho y quedaban dos partidos para poder conseguir una medalla.
En las semifinales el cuadro emparejó a España con Francia, que venía de hacer una gran fase de grupos y eliminar a otra de las favoritas, Lituania, en cuartos. Un equipo que ya ganó a España en el Mundial de Amberes y que llegaba con una jugadora nueva que aportaba, si cabe, aún más físico. A la salida intensa de las galas respondió Marta Canella con calidad en ataque. Pero el partido se embarró, se puso aún más duro y allí España no pudo seguir el ritmo (11-21).
Quedaba un partido por el bronce, de esos difíciles. Venir de ser medalla de oro y recuperarse de un golpe duro como el de las semifinales era difícil. Además, ya se notaba el paso de la competición y los problemas físicos. Polonia salió con más acierto y se colocó 1-7. España se recuperó, tiró de carácter y de calidad para ir recortando distancias hasta empatar el encuentro (9-9). Ya parecía estar el partido controlado, pero unos tiros libres y alguna jugada polémica volvió a descentrar a España que no pudo hacerse con la medalla (13-16).