La categoría por sobre el resultado: El Levante jugó un muy buen partido en uno de los feudos más difíciles del fútbol mundial, pero sin embargo no ha podido llevarse ni el premio consuelo ante un gigantesco rival y terminó llevándose una injusta goleada en contra.
Era previsible. Levante había salido a por todas, a no ceder en el Camp Nou, pero a los pocos minutos Messi hizo de las suyas: apareció en el área con una volea luego de que Jordi Alba leasistiera para lo que mejor sabe hacer con sus 365 goles 400 partidos ligueros.
A partir de allí, se esperaba que el Levante se desmoranara, o que se replegara pero no sucedió. Los de Muñiz siguieron intentando, peléandole de igual a igual al Barcelona en su propio campo. Mientras Cabaco salvaba a los granotas, Ivi se tranformaba en el jugador más peligroso de cara a Ter Stegen. A los 18′, el atacante remató a portería y Mascherano terminó salvando al local.
Casi al final de la primera parte, el propio peso y categoría de sus jugadores , le dieron el segundo gol al equipo culé cuando Mascherano le dio el balón a Sergi Roberto que vislumbró a Suárez posicionado en el punto del penalti.
Si bien la segunda parte aguardaría un partido menos vertiginoso que la primera parte, el Levante fue dispuesto a equilibrar la balanza en el marcador cuando Ivi regateó y chutó de tal manera que hizo lucirse a Ter Stegen. Minutos más tarde, Doukouré tendría el descuento en sus pies luego de un pase en profundidad de Jason.
Con un resultado adecuado y con demasiado minutos de adición según lo creyó así (Con el resultado del partido sin riesgo) el colegiado Del Cerro Grande, Messi volvió a coger el balón y dejó a Paulinho solo para definir.
Un resultado de 3-0 que no refleja lo visto en el partido. La propia presencia de Messi y el peso de las individualidades echaron por tierra las aspiraciones del Levante, que a pesar de la (mentirosa) goleada, estuvo a la altura de las circunstancias. Jugando así, serán más los partidos que ganará el conjunto granota que los que puede dejar en el camino.
