Aún con la resaca del partido del domingo coleando, los aficionados taronjas tienen más motivos para creer y confiar.
Plantilla mejorada
La gran atracción de la temporada pasada era Justin Hamilton. El pívot, segundo en la carrera por el MVP y miembro del quinteto ideal de la Liga Endesa, fue un juguete que Pedro Martínez supo aprovechar a la perfección. Su marcha asustó a más de uno, pero lejos de empeorar la plantilla se ha mejorado. Oriola, Kravstov y Thomas suman intimidación, rebotes y tapones. Sastre suma talento y tiro exterior. Perfiles de jugadores no egoístas pero con una enorme capacidad competitiva que han congeniado a la perfección.
14-2
Valencia Basket firmaba hasta el domingo pasado 14 victorias por tan solo una derrota en lo que llevamos de 2017. Y fue ante el Real Madrid, un 22 de enero en el Wiznik Center, 85-71. Se volvió a repetir la historia el 19 de febrero. Los de Pablo Laso se han llevado el gato al agua en los cuatro últimos enfrentamientos ante los valencianos entre Liga Endesa, Copa del Rey y Playoff.
Juego coral
La característica más innata que define a Valencia Basket esta temporada es su juego coral. Cada jugador sabe perfectamente su papel dentro de la película creada por Pedro Martínez, dejando las individualidades de lado. Fieles a compartir el balón, buscar el hombre liberado, transiciones rápidas y cargar el rebote, los Van Rossom, Sato, Thomas, Dubljevic, Oriola y compañía están en plena sintonía con el mantra propuesto por el técnico catalán.
Bojan Dubljevic, MVP taronja
El pívot montenegrino ha firmado una actuación memorable en la competición. Su estado de forma alcanzó el cénit en el Buesa Arena. 21 puntos por noche ,6’3 rebotes para 25’3 de valoración atestiguan la barbaridad de torneo realizada por Bojan. Su actuación en cuartos de final y sobre todo en la final permanecerá en el recuerdo de muchos profesionales y amantes del baloncesto. No se merecía acabar sin triunfo, pero el baloncesto es así. Lo dio todo y acabó derrotado, tal y como reflejó su rueda de prensa posterior, balbuceando vocablos sin más intención de finalizar rápido para refugiarse en su soledad. En su plena maduración como jugador, Dubljevic, está firmando su mejor campaña, a pesar de su comienzo dubitativo de temporada.
San Emeterio, los viejos rockeros nunca mueren
Fernando San Emeterio volvió a la que fue su casa durante muchas temporadas. El aficionado del Buesa Arena recuerda la Copa del Rey de 2008, el MVP en la 2010-2011 o el Campeonato de la ACB en la 2009-2010. En su llegada a tierras levantinas, se pensaba que vendría a comer paella, tomar el sol y vivir bien. Y no. También a jugar a baloncesto. Tenemos la suerte de tener un jugador de estas características. Tozudo, derrochando con clase a raudales y siempre tirando del carro cuando el equipo no encuentra el rumbo. Contra el Barcelona y Real Madrid guió a sus compañeros, encendió la luz cuando todo estaba oscuro
Sergio Llull, de otro planeta
El panorama quizá hubiera sido distinto si Sergio Llull hubiera decidido marcharse a Houston Rockets el pasado verano. No lo sabremos nunca, pero personalmente y agarrando el corazón taronja, gracias por quedarte. El mallorquín demostró de nuevo porque es el mejor jugador de Europa. Su juego le permite vivir cómodamente en los últimos segundos como nadie y Valencia Basket lo pagó con creces. Cada vez que los valencianos acechaban aparecía él para aplacar el ímpetu taronja.