El CD Castellón no pudo certificar su permanencia matemática en Segunda División tras caer por 3-2 frente al Mirandés en Anduva. Los goles de Izeta, Tomeo e Iker Benito dieron los tres puntos al conjunto local, mientras que Raúl Sánchez y Cipenga marcaron para los albinegros. Fue un partido de estilos contrapuestos, donde el balón parado resultó determinante.
Segunda División es una categoría de oficio, de experiencia y donde los jóvenes aprenden lo que es el fútbol profesional. La viva representación es el Club Deportivo Mirandés. El cuadro liderado por Alessio Lisci tiene las ideas muy claras, sabe como defender y como crearle peligro a los rivales y, el resto, le es indiferente. No le importa regalar la posesión al rival o estar sin pisar el área contraria más de media hora porque confían en que, cuando lo hagan, les servirá para ponerse por delante. Y lo realmente llamativo, el que el técnico italiano ha conseguido dicho estilo con una plantilla que roza los 24,5 años de edad.
Por contra, la filosofía del cuadro albinegro está en las antípodas. Johan Plat busca que su equipo monopolice el esférico para, a partir de ahí, generar las mayores ocasiones posibles. Un estilo, de vez en cuando kamikaze, que invita a partidos abiertos con muchos goles y diversión asegurada para el espectador neutral. Con las cartas de ambos sobre la mesa, solo faltaba aportar el contexto en el que ambos viven en la actualidad. El Mirandés buscaba un triunfo que le aupara, momentáneamente, al ascenso directo; mientras que el cuadro ‘orellut’ quería certificar cuanto antes la permanencia.
Honrando a su definición, el cuadro local anotó en la primera llegada peligroso que disfrutó. En una acción que no entrañaba un exceso peligro, Panichelli se inventó una asistencia de tacón para que Izeta batiera por debajo a Gonzalo Crettaz. Previamente, Raúl Fernández había evitado el primero del encuentro en un remate de Ousmane Camara que tras tocar en un defensa le permitió llegar al meta. Tras el gol, tampoco cambió nada, el Mirandés volvió a no pisar el área rival en lo que restaba de primer tiempo. La reacción del Castellón fue excelsa. Raúl Sánchez acarició el empate a los dos minutos con un remate de cabeza que se marchó al poste izquierdo después de un gran lanzamiento de esquina de Moyita.
No obstante, al filo del descanso remató la faena. Lottin se salto treinta metros de piernas rivales con un pase de tiralíneas a Van Den Belt que recibió y, como si de un pívot de baloncesto se tratase, posteó y le regaló un balón al propio Raul Sanchez para que empatara la contienda. El tanto hacía justicia, el glorioso había disfrutado de tres grandes ocasiones, mientras que los locales habían encontrado portería a la primera.
En el segundo tiempo, el Mirandés dio un paso al frente. Con poco fútbol, sí, pero con mucha intención. Con la gente todavía regresando a sus asientos, Lachuer estrelló un remate al mismo poste con el que el ’10’ albinegro se encontró en el primer tiempo. Todo a raíz de un balón parado, que fue sin duda la criptonita del Castellón en los segundos 45′. Y eso que el Mirandés avisó, lo volvió hacer a la hora de encuentro con un remate de Pablo Tomeo en el primer poste que nos desveló cual iba a ser el milagro diario de Gonzalo Crettaz en Anduva. Obviamente, fue a la salida de un córner y tras un previo toque de Juan Gutierrez en el segundo palo.
A la tercera fue la vencida, pero no por cumplir el dicho, sino por una desastrosa defensa de una falta lateral. Alberto Reina puso un centro al corazón del área, donde volvía a aparecer Pablo Tomeo sin marca para, con el interior y sin botar, poner a los suyos por delante en el luminoso. Con el 2-1 el Mirandés tiró de oficio para que se jugara lo menos posible y aprovechó otra jugada a balón parado para aumentar la renta. Concretamente, un saque de banda colgado directamente a las inmediaciones de un Gonzalo que poco pudo hacer después de que Joel Roca le pusiera en bandeja el gol a Iker Benito, tras cuatro rechaces que tuvieron como dueño el cuadro local.
A última hora, Cipenga recortó distancias con suspense al señalar Lax Franco que se había aprovechado de la mano para introducir el esférico, cuando realmente lo que utilizó fue la testa. El descuento no dio lugar a ninguna ocasión en la que los albinegros pudieran igualar el marcador e impedir la segunda derrota consecutiva lejos de Castalia.
CD MIRANDÉS: Raúl Fernández, Rincón, Egiluz (Postigo, 93′), Gorrotxa, Panichelli, Reina (Iker Benito, 81′), Tomeo, Izeta (Joel Roca, 62′), Lachuer (Tachi, 93′), Juan Gutierrez, Parada.
CD CASTELLÓN: Gonzalo, Alberto (Cipenga, 80′), Van Den Belt, Moyita, Raul Sanchez, Óscar Gil, Lottin (Gonzalo, 73′), Mabil, Cala (Suero, 63′), Camara (De Miguel, 63′), Jozhua (Salva Ruiz, 73′).
GOLES: 1-0 Izeta, 24′; 1-1 Raul Sanchez, 44′, 2-1 Tomeo, 70′; 3-1 Iker Benito, 81′; 3-2 Cipenga, 87′.
ÁRBITRO: Lax Franco Salvador (C. Murciano). Amonestó a Parada, Van Den Belt, Jozhua, Raul Sanchez, Julio Alonso.
VAR: Gorostegui Fernández-Ortega (C. Vasco)