Por la mínima, contra un rival directo. De esas que duelen. El Levante suma una nueva derrota, la segunda de la temporada como local, tras caer por 0-1 ante un Deportivo Alavés superior tácticamente, que supo cómo jugar sus cartas y descolocó por completo a la zaga blaugrana.
El respetable del Ciutat de València volvía a ver rodar el balón por primera vez en lo que llevamos de año, pero todavía tendría que esperar para ver un partido emocionante. En una primera parte sin apenas ocasiones de peligro en la que lo mejor parecía ser el agradable clima que nos dejó la mañana, ambos equipos se tantearon en todo momento sin llegar a generar peligro en ninguna de las porterías.
Mientras que el cuadro granota tiró de posesión y buscó el primer, sin éxito, a base de disparos lejanos, los visitantes poco a poco se metieron en el encuentro y esperaron su oportunidad en contragolpes y en jugadas a balón parado. Tras un remate de Melero en el 33′ a las manos de Pacheco y un tiro potente de Joselu justo después que Aitor consiguió despejar, el partido se marchó al descanso con el mismo marcador con el que empezó.
Sin embargo, todo lo que no trajeron consigo los primeros 45 minutos sí lo harían los segundos. Tras la reanudación, el guión cambió por completo y muy cerca estuvo Lucas Pérez de anotar en una contra de libro cuando todavía muchos aficionados volvían a sus asientos. De ahí en adelante, locura constante sobre el césped. Una locura que terminaría perjudicando, y mucho, al cuadro de Paco López.
En su afán por marcar y desigualar la contienda, el Levante olvidó por completo la parcela defensiva. Lo que cualquier persona sin tapujos califica de colador. Y ‘benditos huecos’ debieron pensar los Joselu, Aleix Vidal y compañía, porque a la salida de un córner ambos se plantaron solos ante la portería de Aitor como si del minuto 118 de una prórroga se tratase. El primero asistió al segundo y el 0-1 ya era una realidad en el minuto 64.
Ni mucho menos perdieron la fe los de Orriols, que vieron en Hernani la clave para darle la vuelta a la situación, pero el Alavés aguantó el tipo. Solo tenían que hacer lo que habían hecho hasta ahora: esperar. Así lo hicieron, balonazo y ofensivas constantes aprovechando los espacios. Fue de nuevo San Aitor quien evitó la goleada salvando dos mano a mano muy claros, pero ni aún con esas los locales supieron reaccionar y romper la defensa vitoriana.
Con este resultado, el cuadro vasco suma tres puntos importantísimas tras seis partidos sin hacerlo. Por su parte, los granotas se mantienen en la comodidad de la media tabla con 26 pts, pero dejando escapar una oportunidad de oro para alejarse definitivamente del farolillo rojo.