Muñiz acentuó la capacidad de reacción de la escuadra azulgrana, materializada en las botas de Ivi, en los minutos finales de la cita que enfrentó al Deportivo y al Levante en Riazor. El bloque se recompuso de un marcador que amenazaba con provocar una herida pronunciada.
“Vi un equipo que dominó, luchó, peleó y acabó el partido en campo rival”. El técnico profundizó en esa línea argumental “El equipo tuvo fe hasta el final y realizó muy buen partido”, señaló en la sala de prensa del coliseo gallego con el partido recién finalizado.
El preparador resaltó la fortaleza mental y anímica del grupo en territorio enemigo. Únicamente desde ese prisma puede entenderse la notable reacción experimentada con el enfrentamiento anunciando ya su definitivo ocaso. “Un equipo bloqueado no remonta un 2-0”, matizó destacando la actitud del colectivo que adiestra durante la totalidad de los noventa minutos. “El Deportivo se sintió dominado, con posibilidades de perder el partido. Se quedaron con un hombre menos, pero justamente”, admitió al evaluar el encuentro desde una perspectiva global.
Muñiz incidió en la dureza del camino liguero que hay que recorrer hasta la conclusión definitiva de la competición liguera allá hacia finales del mes de mayo. Todo está por decidir. Y nada es definitivo. Y no desdeña nuevos invitados en la batalla por la supervivencia en el universo de LaLiga Santander. “Quedan muchos puntos y seguro que hay algún equipo que se mete en la pelea”.