Después de los hechos de este fin de semana en Madrid urge una actuación encaminada a frenar la espiral de violencia en los estadios de fútbol españoles y en los aledaños de los campos de la geografía hispana.
La violencia en los estadios en Sudamérica, lamentablemente suele ser noticia de manera periódica, y los organismos de los países de América del Sur intentan poner coto a los desmanes de las hinchadas más radicales del continente. Lo ocurrido entre los ultras del Atlético y el Depor forma parte de la historia negra de los enfrentamientos de este tipo.
Se puede analizar como brotes aislados e inconexos o como una espiral de violencia, que proviene de la sociedad y se manifiesta y se plasma en los campos de España. El deporte debe ser un medio de cohesión y amistad entre la gente y no un lugar de promoción de la violencia. La labor de desalojo de los ultras de los estadios estaba ayudando a erradicar estas actitudes, por lo que un rebrote, aunque sea por medio de elementos aislados, hay que erradicarlo.
Hay mucha demagogia, hipocresía y doble moral, o por lo menos la ha habido con el tema de la violencia en el deporte, por lo que urge emprender más controles en los accesos a los mismos.
Además estamos de acuerdo en no hacer minuto de silencio en este caso en Mestalla, como no se hizo contra el Barcelona, y darle menos importancia a nivel de medios de la que se le da. Publicidad cero a esta gentuza.