Con la disputa del partido entre Levante y Valencia quedó claro, por si había alguna duda, que el centrocampista de Coslada es medio equipo actualmente en este Valencia.
Si el equipo se construye desde atrás con la fuerza y presencia imperial del argentino Otamendi, de momento es ya ‘mini Ayala’, y arriba Alcácer es el alma del cuadro de Nuno, en la medular es vital el mediocampista madrileño. Cuando apareció Parejo, cambió sustancialmente el partido, aunque el gol de Morales fuera decisivo.
Un gol y una falta, que casi entra por toda la escuadra en la meta de Mariño, además de la sensación de dominio de la zona ancha y control de las fases ofensivas y de transición de pelota.
La Parejodependencia que sufre el Valencia es evidente. El ritmo de juego y la manera de imponer el estilo por parte del Valencia es obvia con el canterano madridista sobre el césped, por lo que es insustituible en estos momentos.
Por su lado, Negredo no vio puerta y estuvo algo fallón, aunque muy luchador con los centrales granotas. Los remates que realizó no fueron bien ubicados, con lo que Mariño estuvo sobrio y concentrado en su labor, con la ayuda involuntaria en este caso del ex del City.
Con la visita del Barcelona a Mestalla hay que estar con todos los efectivos posibles y frenar al conjunto de Luis Enrique, que parece revitalizado. La clave puede ser empezar el choque como en la jornada contra el Atlético de Madrid, a un gran ritmo e intensidad.
El estado del césped también va a ser importante, porque el Barcelona, y especialmente Xavi, son unos sibaritas del buen terreno de juego, y en múltiples ocasiones lo han puesto como excusa en derrotas o empates puntuales. La decisión del cambio del verde va a ser muy debatida la semana que viene, dependiendo de cómo hayan acontecido los hechos futbolísticos contra los catalanes.
Habrá opiniones para todos los gustos. Era el momento, por el parón de partidos en Mestalla, pero el rival seguramente no era el adecuado. Veremos.
