El Peñíscola Globeenergy y el Levante FS empatan a 3 en el derbi de la Comunitat en un choque marcado por la intensidad y la decadencia del ritmo de partido.
Peñíscola y Levante llegaban a su particular derbi con todos los deberes hechos. Los locales, con un Walex recuperado y un buen arranque de temporada, esperaban al líder de la liga, que venía de caer derrotado por primera vez en el curso. Los ingredientes del partidazo estaban presentes, pero con el paso de los minutos nos decepcionaría el ritmo del encuentro.
El inicio del partido fue un monólogo de proposiciones locales. El Peñíscola pasó por encima de los granotas en los primeros minutos, ofreciendo una intensidad y un juego directo imparable para los de Diego Ríos. En el minuto 3, Walex presionaba y robaba un balón en la discontinua de Fede, lanzando posteriormente un latigazo que acabaría en las mallas de la portería granota. Con el 1-0 en el marcador, los visitantes no reaccionaban y, tan solo 23 segundos después, el pichichi azulón David Señoret ponía el segundo en el marcador.
El hecho de que el Levante concediera dos tantos en tan poco tiempo pareció ser el punto de inflexión inicial. Con un mayor orden entre las filas, los granotas desplegaron el fútbol a los que nos tienen acostumbrados en esta temporada y tardaron solo dos minutos en poner las tablas mediante dos goles de Esteban. La agresividad local parecía ser ineficiente con el paso de los minutos, y el dominio del partido cayó del bando contrario.
Cuanto más corría el marcador, más decaía el ritmo de la primera mitad, propuesto siempre por el conjunto blaugrana. Todo esto se materializó en el electrónico tras un gran tiro de Araça tras un saque en corto de falta que acabó en la escuadra de Molina. El líder había levantado el partido, pero no por mucho tiempo ya que, tras cometer las seis faltas, el Peñíscola igualaría la contienda en una doble falta por obra de Pani al borde del descanso. 3-3 y todo abierto para la segunda parte.
Las primeros compases de los segundos veinte minutos fueron opuestos a los vividos en la primera mitad. El Levante salió a comerse a los locales y gracia a un buen Molina, el equipo se sostuvo como pudo. Pese a ello, las ocasiones comenzaron a decaer conforme se agitaba el tiempo, acusando los dos equipos el cansancio y la acumulación de minutos. Las estrellas de ambos conjuntos no aparecieron, pero en los instantes finales los guardametas fueron determinantes.
El compás del juego pasó a ser aburrido, marcado por los pases directos entre portero y pívot. Parecía que concluiría con empate el derbi cuando ‘Manolín‘ pidió un tiempo muerto que podría haber cambiado el rumbo del encuentro a falta de dos minutos y medio del final. El Levante pondría una marcha más en el partido y sacaría al portero-jugador para el último minuto, pero de nada serviría. Al final, tablas en un derbi que fue de más a menos y todo igual en la clasificación. Reparto de puntos y justicia total en el resultado.